Estar de humor. Estar disponible. Tener ganas. Querer dejar de lado las excusas. Sentirse bien con uno mismo y… bueno, ya!
Esos, podrían ser algunos de los ingredientes anímicos del escenario ideal para tener sexo y buen sexo.
Sin embargo, una encuesta realizada demostró que los motivos para llegar a tener esas "ganas", se encuentran relacionadas a situaciones bien particulares y algo ajenas a lo que uno se podría imaginar.
El estudio realizado por una empresa de entretenimiento llamada Mecca determinó, por ejemplo que un 60% de las mujeres entrevistadas se sienten animadas al "ganar un buena suma de dinero".
¿Increíble?
¿Increíble?
No lo es tanto, si se piensa en que tener harta plata genera una ilusión que va unida a la satisfacción, que genera el conseguir una recompensa por el trabajo realizado o ante una buena racha de suerte en el juego.
Lo más raro es que la investigación, que entrevistó a 2.000 personas arrojó que tener "sábanas limpias y frescas" y "adelgazar o perder peso" también se encuentran en la lista excitadores para tener un momento de pasión.
En tanto que, para los hombres el mayor aliento para despertar el deseo está en llegar a casa después de una noche de juerga con los amigos y albergar la esperanza de seducir a su pareja.
Extrañas pasiones
Extrañas pasiones
Para la terapeuta transpersonal Silvia Rojas (silcologia@hotmail.com ) el jugar en un casino y ganar, provoca una descarga importante de adrenalina que es muy probable que cuando esas personas llegan a casa estén más excitados que al regresar después de un día laboral.
"Es que ganar para cualquier hombre o mujer despierta el deseo de celebración, porque es un momento donde abunda la alegría, la felicidad, el amor y el entusiasmo que puede concluir perfectamente en un encuentro sexual intenso", explica.
Desde una perspectiva más moderna, el psicólogo Tracey Cox dice que un individuo que compite y gana, consigue un estatus social más alto, por lo general tiene más dinero, atrae a más compañeros y disfruta de un mayor rango social.
Otra de las alternativas es el baile, para muchas personas danzar es parecido a tener sexo con la pareja. Por ello, quienes tienen facilidad para la salsa, tango o vals, no tienen mucho problema para conquistar a sus eventuales acompañantes y pasar gratos momentos de intimidad pero ya no en la sala de baile, sino que entre las sábanas.