Fernando Cuadra, la eminencia del teatro chileno que es un apasionado por Cartagena
"Si los premios implican un reconocimiento, tengo todos los premios que el teatro y la cultura del arte nacional otorga"
"Estoy muy satisfecho y tranquilo con toda la vida que he tenido", asegura el connotado dramaturgo chileno, autor de "La Niña en la Palomera", Fernando Cuadra (87) quien hoy reside en Cartagena.
En una bella casa ubicada en Josefina Nieto de Gallardo, pasa sus días creando, jardineando y valiendose por sí mismo en todos los aspectos. Todos los detalles de su morada están dispuestos de la forma que él ha determinado. "Quiero que sea la casa más bonita de Cartagena para promover la idea de mantener las casas como un acto constante", explica.
En su vida profesional señala que "si los premios implican un reconocimiento, tengo todos los premios que el teatro, la cultura y que el arte chileno otorga, con la sola excepción del Premio Nacional de Artes. Tengo todos los demás galardones una y otra vez", resume con la convicción de sentirse satisfecho con todos los reconocimientos que ha tenido su trayectoria como dramaturgo.
Este creador chileno ejerció como profesor en las universidades de Chile y Católica en Santiago. Es actor y director de teatro, escribió más de una treintena de piezas teatrales de corte costumbrista, histórico y lírico. Obtuvo los premios del Teatro Experimental de la Universidad de Chile (1948 y 1950) y el Premio Municipal de Teatro en 1968, entre muchos otros.
Entre sus obras se destacan: La Encrucijada (1945), Las Medeas (1948), La Ciudad de Dios (1949), Las murallas de Jericó (1950), Elisa (1953), La Desconocida (1954), La Vuelta al hogar y La Niña en la Palomera (1968) que se basó en un suceso real. Esta obra narra el secuestro de una adolescente en Santiago que causó una gran conmoción en la época.
"Me dediqué a estudiar la realidad más cruda de la crónica roja. Así descubrí la historia de La Niña en la Palomera, que escondía una realidad aún más oscura de lo que podía narrar", resume el creador.
primeros pasos
Con un destacado puntaje nacional en bachillerato, Fernando Cuadra a sus 17 años de edad tomó una gran decisión. Entre estudiar Medicina y Pedagogía, optó por la segunda. "La Medicina podía sanar enfermedades del cuerpo, pero con la Pedagogía podía curar el alma", comenta.
"Nunca olvidé las palabras de una tía que al saber mi decisión de estudiar Pedagogía le dijo a mi madre: cómo es posible que tu hijo haya decidido estudiar una carrera para pobres", revela el dramaturgo como una de las historias que marcó su carrera, puesto que ha usado el nombre de esta familiar para bautizar a las villanas más crueles de sus obras. "Así es como me vengo. En general mis villanos masculinos tienen el nombre de un profesor que no me agradó nunca", señala.
Cartagena
Apegado al romanticismo de escribir con lápiz y papel, Cuadra pasa horas y horas en su escritorio rodeado de más de quinientos libros, todos ordenados cuidadosamente en sus repisas.
A sus 87 años de edad, este cartagenino de corazón sigue describiendo, analizando y aprendiendo.
Este creador nunca ha dejado de escribir, ni de leer y ni de participar activamente en la cultura. Sus actividades se han concentrado durante los últimos años en el balneario de Cartagena. Desde este escenario, participa como protagonista de la Corporación Cultural donde ha tomado la vicepresidencia de la organización.
"Acá habemos personas que sí entendemos lo que Cartagena necesita en las expresiones artísticas", expone.
"Una de mis pasiones -de las que se pueden publicar, (se ríe con picardía), porque hay otras que se guardan- es Cartagena. Y hemos logrado convertir a a este balneario en la pasión de la corporación", dice con orgullo.
Convencido que una vida sin pasión es un ejercicio muy triste, Cuadra fundamenta que "si esa vida sin pasión además no tiene responsabilidad, es un ejercicio equivocado. Es por eso que la corporación y yo hemos enfrentado todos los desafíos que la existencia nos presenta con pasión y con responsabilidad. Por eso soy de exigencia. Y por eso no me conformo y a Cartagena le exijo el máximo, porque tiene todas las capacidades que ni la propia ciudad ni se da cuenta", argumenta.
-¿Cuáles son esas capacidades?
-Por ejemplo, acá no es difícil ser pintor. Los atardeceres de Cartagena ofrecen colores privilegiados. Creo que acá se repite el paraíso premanzánico (antes de la manzana de Adán). De marzo a diciembre es un paraíso. Después llegan los invasores. Es como que en invierno y otoño uno puede vivir un romance intenso en este lugar.
-Escuchar el silencio absoluto, que es fundamental para el proceso de creación. Aunque últimamente ha sido interrumpido por los quehaceres de la corporación, pero me encanta.
-En varias cosas. De partida soy un lector voraz. Leo dos o tres libros simultáneamente. Llevo más de 60 años en la actividad teatral y pedagógica, pero siempre estoy aprendiendo. De una universidad muy destacada, me han solicitado dictar un taller de dramaturgia con relevancia nacional, pero debido a la responsabilidad social que tengo con la corporación, he solicitado dictarlo acá en Cartagena.
Preocupado de entregar conocimientos a través de las actividades culturales que promueve en la institución a la que pertenece, ha situado un espacio privilegiado en su casa. Un lugar cálido e iluminado a un costado de su comedor de diario frente a su cuidado jardín, tiene un televisor, un reproductor de DVD, una mesita con más de treinta películas y un acogedor sillón de mimbre.
"Acá estudio las películas que mostramos en los ciclos de cine y preparo el material para demostrar los procesos de creación de las obras", comenta Cuadra.
-¿Cómo entrega sus conocimientos en las actividades de la corporación?
close up
-Para los ciclos de cine que estamos promoviendo en Cartagena, hacemos un estudio muy detallado. La idea no es decirle a los espectadores ¿qué les pareció?; sino, comenzar entregando conocimientos. Por ejemplo, que distingan entre un desenlace abierto y uno cerrado de la película. Que entiendan la diferencia entre un close up y una panorámica, etc. Entonces, ahí estamos entregando entretención y conocimiento que es uno de los grandes objetivos de la institución.
"Una de mis pasiones, de las que se pueden publicar, porque hay otras que se guardan, es Cartagena. Y hemos logrado convertir a Cartagena en la pasión de la Corporación". Fernando Cuadra, Dramaturgo residente en Cartagena