La dueña de casa que entró a la universidad a los 41 años y ahora viajará becada a EE.UU.
Esta madre de tres hijos realizará una pasantía en Tucson representando a la Upla de Valparaíso.
Cuando su hijo Manuel fue a inscribirse para dar la PSU en el 2009, llevaba la plata justa para pagar. Sin embargo, cuando le dijeron que estaba becado y que guardara el dinero, él decidió utilizarlo en el mismo lugar, pero para que su madre también rindiera el examen.
"Ese día mi hijo llegó a la casa y me dijo: Estamos listos mamá. Usted también va a dar la prueba y va a ir a la universidad a cumplir su sueño", revela Daisy Torres Pérez, quien a estas alturas ya está cursando su cuarto año de Pedagogía en Matemáticas en la Universidad de Playa Ancha (Upla).
Esta sencilla mujer, nacida y criada entre 16 hermanos en el Cerro Placilla de San Antonio, hoy no puede despegar la sonrisa de sus labios. Le confirmaron que se ganó una nueva beca que le permitirá viajar a Estados Unidos a realizar una pasantía durante los meses de enero y febrero.
"Es una movilidad estudiantil que surgió hace cerca de un mes en mi universidad donde se me propuso representar a la Facultad de Educación. Quedé seleccionada y vamos a viajar diez alumnos de Playa Ancha a la Universidad de Arizona en Tucson", afirma Daisy.
Daisy se divorció de su marido hace siete años y tiene tres hijos, Manuel, el mayor ya está cursando el cuarto año de Ingeniería Civil Química en la Universidad Católica Federico Santa María de Valparaíso.
Mauricio, su segundo hijo de 17 años está a punto de salir de cuarto medio y Franco, el menor tiene 12 años y cursa sexto básico.
Cuando ya ingresaba al segundo año en la universidad, Daisy decidió irse a vivir a Valparaíso con sus tres hijos a la casa de un tío, que generosamente le abrió las puertas de su hogar en Playa Ancha.
viven de becas
El costo de la vida es algo que preocupa y hasta martiriza a muchas familias de la clase media y media baja al momento de compatibilizar el bolsillo con la universidad. Y cuando el o la dueña de casa debe dedicar su tiempo al estudio, hay factores que valorar.
-Tenemos becas. Tenemos la Beca Bicentenario, mis hijos tienen la beca Presidente de la República, la beca Sodexo, aportes municipales. Es un conjunto de resultados que hemos logrado con esfuerzo, nada más. Y también con el apoyo de mis familiares. La casa de mi tío y su familia han sido fundamentales. Mi madre también, porque los fines de semana nos vamos para allá y vivimos con ella. Además es ella quien se quedará con mis hijos cuando viaje a Estados Unidos.
-No se trata solamente de sacarnos buenas notas por las becas. Nosotros hemos encontrado un camino en la educación y hemos puesto nuestra vida en función de la educación. Nosotros vivimos del estudio y para el estudio, porque nos gustan los libros.
-Lo que recibimos nos alcanza para vivir y somos felices. No necesitamos más. Tenemos la tranquilidad de contar con estas becas que nos cubren todas nuestras necesidades. Y el aporte fundamental que ha sido la familia Aracena Escalona, también todos mis hermanos. En realidad ha habido mucha gente a lo largo de nuestros estudios que les ha gustado nuestra historia de vida y nos han colaborado con pasajes o con dinero también. Bendiciones que llegan a veces solas.
Con una modesta pensión de alimentos que recibe del padre de los niños y los dineros de las becas, Daisy administra mensualmente no más de 290 mil pesos. Con este monto y las becas ha logrado mantener a sus hijos con todas las satisfacciones que ellos le han dado y que ella también ha replicado con el ejemplo y obteniendo las mejores calificaciones.
La familia de Daisy siempre ha vivido en Placilla. Su padre, un conocido vendedor ambulante de San Antonio y su madre una humilde dueña de casa, aún permanecen en la misma casa que está a media cuadra de la Escuela Básica de Placilla.
Daisy será la primera entre sus 16 hermanos en obtener un título universitario. Ellos, en general se han dedicado al comercio.
-para mí y para mis hijos ha sido fundamental en nuestra formación. Yo me eduqué aquí y mientras estábamos acá, mis hijos también estudiaron en esta escuela. Todos los logros académicos que estoy obteniendo hoy son gracias a la formación que recibí en esta escuela. Los placillanos se pueden sentir orgullosos del establecimiento educacional que tienen.
-Totalmente. La señora Dora Pozo, Guillermina Vera, Edith Bañarez, Gloria Urtubia y Olga Amaro son profesoras que pasaron primero por mi vida y luego por la de mis hijos.
-¿Cómo cree que pudo incentivar el estudio en sus hijos?
-La lectura ha sido fundamental. Si no tuviéramos ese amor por los libros no podríamos estar contando esta historia. En mi casa siempre hemos cuidado y disfrutado de los libros. Tenemos muchos libros y nos encantan.
terremotos
El terremoto de febrero de 2010 marcó un hito muy importante en la vida de Daisy. Ella y su hijo mayor estaban estudiando en Valparaíso y alejarse de los dos menores a diario era una preocupación constante.
Cuando ya comenzaba su segundo año en la universidad gestionó todo para matricular a sus hijos en un colegio muy cercano a la Upla, donde estaba cerca también, la casa de su tío Carlos Aracena, quien les ha brindado alojamiento hasta ahora.
"Franco y Mauricio se vinieron con nosotros y los matriculé en el Colegio Patricio Lynch de Playa Ancha en Valparaíso. Porque ante cualquier emergencia, necesitaba tener la cercanía de ellos", comenta la madre.
Como mamá gallina, ya mantenía a sus pollitos cerca y resguardados. Las inclemencias del tiempo, los desastres naturales, ni nada podían impedir que cumplieran con el objetivo de ganarle a la vida y triunfar en la anhelada universidad.
Daisy junto a sus tres hijos tienen la película muy clara. Ser profesionales.
Pese a los cambios de casa y a los viajes, los pequeños siguieron con sus buenas calificaciones y manteniendo las becas de costumbre.
"Mauricio que sale de cuarto medio este año ya tiene una beca en la Universidad Federico Santa María y logró adelantar dos ramos que puede convalidar en la carrera que comience ojalá el próximo año", agrega orgullosa.
Los ramos que ya está por terminar el joven alumno son nada más, ni nada menos que "Introducción a la Ingeniería" y "Cálculo I".
"Debido a las notas que mi hijo tenía, en esa universidad lo buscaron y prácticamente lo cazaron como se dice. El quiere estudiar Ingeniería Civil Industrial en esa misma universidad y yo estoy segura que lo va a lograr", resume la madre.
Los promedios de notas de estos niños bordean el 6.7 y nunca han bajado este nivel.
trabajo
Aunque no ha terminado sus estudios esta esforzada mujer ya tiene "asegurado" un puesto de trabajo en la Escuela de Placilla.
Su directora Dora Pozo, ha valorado los logros de esta ex alumna y le ofreció trabajar con ellos a partir del próximo año. "Necesitamos un profesor de apoyo en matemáticas para el 2014, así es que le he pedido a ella que nos permita un par de horas a la semana para lograr que replique lo que hizo con sus hijos en nuestros alumnos", señala la directora.
"Nosotros vivimos del estudio y para el estudio, porque nos gustan los libros" Daisy Torres Pérez Madre y estudiante universitaria