Exdirigente deportivo sufre severo cáncer y requiere ayuda
La familia de Mauricio Garín Maureira (48) realizará hoy una cena bailable en el Norteamérica.
Hace diez años Mauricio Garín (48) y su mujer Alejandra Cáceres vinieron a San Antonio a pasar un Año Nuevo junto a unos familiares y desde ese día jamás se marcharon de esta ciudad.
Durante todo este tiempo la vida les sonrió. Se instalaron con una microempresa de masas para empanadas, sopaipillas y montinos.
"Nos fue tan bien que incluso llegué a tener hasta nana en mi casa", cuenta Alejandra.
En tanto, Mauricio, en sus ratos libres, se dedicaba a entrenar a los niños de la tercera infantil del club Norteamérica.
"Siempre me ha gustado el fútbol, por eso me dediqué a entrenar a los niños. Incluso llegué a ser dirigente del Norteamérica. Después estuve en el Estrella de Chile", recuerda "El Connotado", como también es conocido Mauricio.
Todo era felicidad en la casa de los Garín Cáceres hasta que en abril pasado a Mauricio le descubrieron un severo cáncer celular en su axila izquierda.
"En enero andábamos de vacaciones con mi familia en el Cajón del Maipo y en medio de una conversación me crucé de brazos, como generalmente uno lo hace, y fue ahí cuando en mi axila izquierda sentí un pequeño poroto", relata Mauricio.
"Le conté a mi señora, pero no le hice mucho caso al tema. Con el pasar de los días, comenzaron los dolores y tras varios exámenes, en abril se me diagnosticó el cáncer celular", explica Mauricio.
La vida de los Garín Cáceres dio un giro en 180 grados, por eso todos los esfuerzos y ahorros estaban destinados a combatir la enfermedad de Mauricio.
Pero desafortunadamente la vida le tenía preparado otro golpe a esta familia.
"En agosto estábamos en Santiago en la casa de unos familiares, ya que Mauricio debía recibir un tratamiento. Ya teníamos todo listo para volver a San Antonio cuando me llamó mi hijo diciéndome que no podíamos regresar porque mi casa se estaba quemando en ese mismo momento", relata Alejandra Cáceres.
"Mi hijo estaba cuidando la casa en Placilla mientras nosotros estábamos en Santiago. Ese día él andaba trabajando en el colectivo así que no pudo hacer nada por salvar algo. Nos quedamos en la calle", cuenta Alejandra, con algo de resignación.
"Tuvimos que partir de cero una vez más. Una señora nos prestó esta casa acá en la Villa El Sol y con la ayuda de mi hijo y mi yerno hemos podido costear, en parte, la enfermedad de mi marido, pero no ha sido fácil, porque nadie te ayuda en estos casos", explica Alejandra.
"A veces voy al centro a vender montinos, pero tengo que hacerme cargo de Mauricio porque no puedo dejarlo solo. Además tengo que curarle la herida, darles sus medicamentos...no lo puedo dejarlo solo", cuenta Alejandra.
Debido a los fuerte dolores que sufre Mauricio debe estar constantemente inyectándose morfina.
"Son tan fuertes los dolores que esto es lo único que me calma", reconoce Mauricio.
cena bailable
Debido a lo costoso de esta enfermedad, la familia de Mauricio ha organizado una cena bailable a beneficio, la cual tiene una adhesión de dos mil pesos.
La actividad se realizará hoy sábado, en la sede del club Norteamérica, a partir de las 21 horas.
"Ojalá que nos acompañe harta gente porque necesitamos reunir el dinero para poder palear los gastos médicos de mi marido. El debe tomar hartos remedios, que no se los entrega el hospital, además de la leche Ensure, que tampoco se lo dan y un tarro cuesta 18 mil pesos y le dura menos de una semana. Pero a pesar de todo vamos a seguir con esta batalla", señala Alejandra.