Vicentico la rompió en Olmué
El argentino fue el dueño de la noche, dialogó con el público, hizo un guiño a la cueca y saludó a Los Jaivas.
Desde el principio era la gran figura de este festival, agotó con días de anticipación las entradas y no defraudó. Con la clase y calidad que le dan sus años sobre los escenarios, Vicentico hizo entrar en confianza al Patagual, les ofreció elegir sus canciones, agradeció el que hayan pensado en él para Olmué y saludó directamente a Los Jaivas como referentes de la música mundial.
La noche comenzó con una obertura a cargo del Ballet Folclórico Nacional que recordó las distintas maneras en que se vive la música en Chile. Para el cierre el Huaso Filomeno sacaba carcajadas del público.
Un gran momento
Con un show basado en sus mejores éxitos y otros clásicos de su ex banda Los Fabulosos Cadillacs, Vicentico transformó a la galería en un masivo karaoke que coreó cada una de sus canciones y también tomó su guitarra, para como en una fogata, cantarle al oído a sus fans. En la primera fila, la alcaldesa Macarena Santelices lideró a las mujeres que acompañaron al cantante en cada uno de sus acordes.
En pleno show, el trasandino agradeció la atención y dialogó con su gente. "Hola, cómo están, ¿todo bien? Alguna canción en especial que quieran… Bueno, voy yo con una y luego vemos qué pasa", coqueteó el cantante.
Su show comenzó a las 22:41 y se extendió por una hora y 20 minutos. El primer tema fue "ya no te quiero", el cual fue acompañado de grandes clásicos como "Siguiendo la luna", "Los caminos de la vida" y "Solo un momento". De principio a fin un espectáculo de clase mundial que dejó más que conformes a los presentes. Incluso, le bajó el ritmo a clásicos de los Cadillacs, como "Vasos vacíos", para cantar junto al público este reconocido tema.
El paso de Vicentico por Olmué estuvo marcado por los buenos momentos. Antes del show llegó con una camisa celeste a eso de las 16 horas para hacer las pruebas de sonido y con la misma pinta, pero con una chaqueta negra, volvió a las 21 horas. Tranquilo, en completa onda con el festival y encantado por la presencia de Los Jaivas, así se fue este súper clase de la música latina.
Sobre el final de su show, en un juego con los animadores aceptó ponerse un sombrero de huaso e hizo el gesto típico de la cueca.