Unas quinientas ranas africanas huyeron despavoridas desde la laguna El Peral a causa de las intensas lluvias y vientos que afectaron al Litoral Central este martes.
En su loca huida, varias de estas especies fueron atropelladas por los automovilistas que circulaban por la ruta costera G-98-F, la que une las diferentes comunas del Litoral Central.
Rosa Albornoz, guardaparque del Santuario de la Naturaleza Laguna El Peral, contó que en mayo del año pasado se vivió un fenómeno similar, aunque en esa oportunidad, fueron más de 3 mil las ranas que huyeron de la laguna, aburridas de los vientos y las lluvias.
'Es normal que ocurra este fenómeno', aclaró Rosa. Y agregó que 'estas ranas se meten bajo el charco de la laguna y cuando hay mucha lluvia y viento, y por ende hay movimiento de agua, empiezan a salir de la laguna, huyendo por la carretera o hacia el estero San Carlos'.
Asimismo, explicó que esta especie fue introducida a Chile para investigaciones médicas y científicas, pero debido a un descuido, estas ranas huyeron, transformándose en una verdadera plaga.
'Estas ranas son muy dañinas porque se comen todo lo que ven en un espejo de agua. Se alimentan de toda la vegetación que existe e incluso de pequeños crustáceos o peces. Lamentablemente no tienen un depredador natural. La rana africana sería la causante de la desaparición de algunos anfibios como la rana chilena', explicó la guardaparque.
José Luis Brito, director del museo de San Antonio, explicó que la rana africana aprovecha las lluvias y la noche para migrar masivamente a otros cursos de agua cercanos, especialmente después de períodos de sequía como el actual.
Brito apuntó que la especie fue introducida en la década del '70 al país y que se propagó por la zona central a través del río Maipo a principios de los '90.
'El primero de estos fenómenos en la provincia ocurrió en el invierno 1997, cuando unos 5 mil ejemplares cruzaron la ruta tras salir del tranque San Juan, también después de unas fuertes lluvias influenciadas por el fenómeno del Niño', recordó Brito.
El ecologista dijo que se sospecha que la rana africana es un depredador de los anfibios chilenos juveniles. J