Temprano, en la mañana de ayer, el Presidente de Bolivia, Evo Morales, rechazó enfáticamente la decisión del Gobierno, dada a conocer en la víspera, sobre impugnar la competencia que tiene la Corte Internacional de La Haya para tratar la demanda marítima que interpuso en abril pasado el país altiplánico.
'Es contradictorio que el Gobierno de Chile se proclame como un país respetuoso del derecho y de los tratados, pero simultáneamente rechace la competencia del principal órgano de administración de justicia en materia internacional, para resolver las diferencias que se producen entre estados', dijo el mandatario boliviano.
Morales aseguró que tiene 'plena confianza' en sus 'fundamentos de hecho y de derecho' y que 'mantiene su confianza en los jueces y en la corte', los que considera como los únicos competentes para resolver la situación.
Pese a que el presidente del Senado boliviano, Eugenio Rojas, dijo que la decisión chilena es el reflejo de la división interna que existe en el país, puesto que hay parlamentarios de izquierda que estarían a favor de conceder una salida al mar, en la escena política local existe bastante consenso en que la decisión fue la que había que tomar.
El presidente de la comisión de RR.EE. de la Cámara de Diputados, Eugenio Tarud (PPD), aseguró ayer que Morales 'está muy ofuscado, porque sabe que su demanda no tiene ningún argumento real de derecho. Cuando dos partes conversan, cuando dos naciones conversan, eso no constituye un derecho si no hay un tratado de por medio' y agregó que 'Chile está actuando bien, conforme a derecho y por lo tanto, no vamos a seguir el juego que quiere el Presidente Morales para su reelección en octubre'.
El senador Iván Moreira (UDI) destacó que 'los argumentos fueron los que se impusieron en la decisión de la Presidenta, porque ella ha tomado una decisión de Estado, basada en una razón jurídica y respaldada por el derecho internacional y todo el pueblo'. J