El sábado pasado la familia del pescador Ulises Durán sufrió una de las penas más terribles del último tiempo. Cerca de las 14 horas, uno de los hijos de Durán se percató que la Guapa, una linda labradora, y la Chola y el Cholo, dos quiltros sin una cuota de linaje, estaban con convulsiones y botando espuma por la boca en el patio de su casa en Tejas Verdes.
Los tres canes fueron llevados al veterinario rápidamente, pero ya era demasiado tarde. El veneno de caracol que habían consumido los condenó a una muerte lenta y dolorosa. La Guapa falleció la noche del sábado, y sus dos compañeros de andanzas dejaron de respirar la mañana del domingo.
'Da mucha rabia e impotencia porque uno quiere mucho a sus perros', indicó Durán, quien no tiene indicios sobre los autores de este salvaje ataque contra sus mascotas.
Rodrigo Ulloa, veterinario de la clínica AnimalVida, ubicada en la subida Palmieri, en el cerro Placilla, reveló que el hecho ocurrido en Tejas Verdes no es aislado y que durante el último tiempo se ha registrado un alarmante aumento de perros envenenados en la comuna de San Antonio.
'De acuerdo a lo que he visto en mi consulta, el envenenamiento de perros por consumo de rodenticidas (veneno para ratones) y veneno para caracol se ha quintuplicado en los últimos dos meses. Por eso hay que hacer un llamado para que la gente tenga mayor cuidado con su mascota y esté alerta ante una intoxicación', dijo el médico veterinario, también presidente de la agrupación de protección animal Canidae.
Sólo en las últimas dos semanas Rodrigo Ulloa ha atendido a 18 perros que han llegado intoxicados a su consulta desde distintos puntos de la comuna. 'Me ha resultado sospechoso que un alto porcentaje de estos perros proviene de zonas urbanas que colindan con áreas boscosas o rurales. Puede ser que los envenenen porque atacan a alguna gallina, pero los están matando de una manera inhumana, agresiva y absolutamente dolorosa', denunció.
Ante una intoxicación por veneno, el veterinario recomendó a los amos suministrar pequeñas dosis de leche a la mascota para inducir el vómito y luego trasladarla inmediatamente a una consulta veterinaria para que pueda recibir un lavado de estómago.
'Lamentablemente estos venenos son muy poderosos y pasan a la sangre en pocas horas, provocándole un paro cardiorrespiratorio al perro. Por eso es importante actuar muy rápido', aconsejó Ulloa.
Otro caso de maltrato animal que impactó al veterinario Rodrigo Ulloa fue el de Rosita, una tierna gatita que la semana pasada fue brutalmente atacada en la Villa Miramar, en la parte alta de Barrancas.
Paulina Colina, la dueña de Rosita, contó que pasada la medianoche fueron a verla a su camita, pues a ella y a su hija les extrañó que no metiera bulla. 'La encontramos toda ensangrentada. Le limpiamos la sangre y al otro día, a primera hora, la llevamos al veterinario de Placilla'.
Ahí Rodrigo Ulloa constató que la gatita había sido agredida salvajemente con un elemento contundente, como un palo o un fierro. 'Tenía fracturas en la mandíbula, en las costillas, en la columna y en el cráneo. Aparte del maltrato, en este caso hubo un ensañamiento con el felino', dijo Ulloa.
'Para toda nuestra familia fue muy fuerte, porque la gata era regalona y formaba parte de nuestro hogar. Todavía estamos apenados', reconoció Paulina.
La Rosita, debido a sus graves lesiones, tuvo que ser sometida a la eutanasia.J