El sacrificio y la entrega de los quisqueños que cuidan con amor a familiares postrados
Sócrates orellana
Marcela Zurita nunca pensó que se dedicaría a cuidar a un enfermo postrado. Menos que se trataría de su suegra.
Nadie la preparó para ello, pero fue una situación que se le presentó y que pudo enfrentar con el amor que le tiene a la vida y a su familia.
Nada ha sido fácil, su matrimonio estuvo en crisis, pero gracias a su perseverancia y conocer la dramática realidad que viven muchos vecinos de su comuna de El Quisco, hoy se enfrenta con mejor semblante ante esta tarea.
'Cuidar a un enfermo postrado requiere de mucha fortaleza mental, física y emocional; y llega a tu vida en el momento que se da solamente. Uno no elige esto', señala Marcela.
Ella comenta que por lo general esta responsabilidad la adquiere un solo integrante de la familia y 'nunca se está preparado para enfrentar este tipo de trabajo que demanda una jornada de 24 horas los siete días de la semana'.
El Programa de Salud de Personas Postradas la llevó a participar en una serie de charlas y capacitaciones en el Cesfam de El Quisco.
Fue en estas actividades donde se formó el grupo al que hoy pertenece y se dio cuenta de la realidad que compartía con muchos vecinos más.
'De ahí surgió la necesidad de formar esta agrupación, porque teníamos que ver la forma de financiar y canalizar más ayuda para mejorar la salud mental de los cuidadores', agrega Marcela.
Por el momento dicen ser pocos los que participan en la denominada 'Agrupación de Cuidadores y Amigos de Postrados de El Quisco', ya que la realidad que se vive en esta comuna y en el país en general, señala que los afectados son muchos más.
Se trata de 16 personas que dedican sus vidas al cuidado de uno o más familiares en condición de postrados que buscan salir del aislamiento, del encierro de las casas para reunirse una vez a la semana y hacer cursos, terapias o sana conversación.
'Nuestros familiares han sufrido alguna enfermedad degenerativa, han tenido algún accidente vascular o los hijos han nacido con problemas congénitos que los han dejado postrados', comenta.
De acuerdo a lo manifestado por Marcela Los cuidadores sufren un estrés muy fuerte por mantenerse encerrados con el enfermo durante largo tiempo. 'Hay gente que se vuelve un poco loca, porque pierden contacto con la realidad y la angustia los va destruyendo'.
Además de los severos trastornos sicológicos derivados del encierro y el estrés, los cuidadores suelen sufrir de tendinitis y lesiones en sus extremidades como también en su espalda, por los esfuerzos físicos que realizan a diario.
'Una mamá de la agrupación tiene dos hijos postrados severos con los que tiene que lidiar sola todos los días. Alimentarlos, bañarlos, llevarlos al médico es una actividad muy abrumadora para ella', dice Marcela.
El drama familiar que se puede presentar en un hogar por el cuidado de un enfermo postrado puede causar estragos en la estabilidad familia, tanto financieros, como emocionales.
El Estado aporta 20 mil pesos mensuales a las personas que se dedican al cuidado de enfermos postrados. Una cifra que obviamente no alcanza para cubrir las necesidades mínimas ni del enfermo, ni del cuidador, si se considera que éste no puede salir del domicilio a trabajar remuneradamente.
'Un paquete de pañales cuesta 12 mil pesos y no alcanza para una semana. Entonces la precariedad económica también oprime a estas personas que no tienen más ingresos, ni para alimentarse', expone Marcela, al describir la difícil situación por la que pasan muchos de los integrantes de su agrupación y de muchos otros que no se atreven a participar aún.
'Sabemos que hay cuidadores que siguen encerrados y están muy enfermos por esta situación y no salen de sus domicilios. Hay otros que van una vez y se pierden por un tiempo, así es que tratamos de hacerles seguimiento y apoyarlos en lo que se pueda', destaca Marcela.
Dentro de estos casos Marcela menciona varios y señala su preocupación y la de sus socios por prevenir incluso 'algunos suicidios', ya que la salud mental de muchos cuidadores se ve muy deteriorada.
Uno de los testimonios que más ha conmovido a Marcela es la historia de vida de Lorena Aguirre, una mujer de sólo 39 años que se dedica por completo al cuidado de su madre desde hace doce.
'Su madre padece de alzheimer y ella le ha dedicado toda su juventud, porque no la puede dejar sola', argumenta.
Detrás de cada uno de estos cuidadores hay una vida que se entregó a otro. 'Hay mucha gente que se queda sin vida, después de cuidar a su familiar durante más de 10 o 15 años y cuando finalmente muere el enfermo no saben qué hacer', observa.
Comenta que, así como Lorena, hay muchos cuidadores que durante las primeras reuniones llegaban llorando a la sede Los Olivos, donde se juntan cada viernes. 'Es tanta la angustia y se sienten tan reventados que al momento de hablar que sólo lloran'.
Dice que los cuidadores pasan por diferentes periodos, ya que a veces el enfermo a cargo se mantiene más estable, pero a veces se agrava y todo lo revelan en sus estados anímicos. 'De nuestros asociados prácticamente todos consumen antidepresivos, porque su emocionalidad es muy delicada', sostiene Marcela.
Y el problema más recurrente para ellos es: si el cuidador se enferma, ¿quién se hace cargo del postrado?
'Cuando mi marido y yo nos hemos enfermado, hemos tenido que asistir a mi suegra igual, con mascarilla y todos los cuidados, pero haciendo un esfuerzo inmenso'.
'Un Alivio, Cuidadores Capacitados de Respiro, para Postrados y sus Cuidadores' se denomina el proyecto de esta agrupación que se adjudicó 15 millones de pesos en los Presupuestos Participativos de El Quisco realizados el domingo pasado.
Con esta propuesta la agrupación espera sumar más integrantes y preparar a un número mayor de cuidadores pagados para mejorar la salud mental y calidad de vida de quienes asisten a estos pacientes y de los mismos postrados.
Con este proyecto la agrupación pretende capacitar, seleccionar y contratar cuidadores profesionales que por un sistema de rotación el cuidador profesional reemplace durante una jornada al cuidador principal para que pueda salir o descansar.
'Si quiere dormir todo el día, salir, ir al cine, al mall, pololear o lo que se le ocurra, pero con la tranquilidad que su enfermo está bien cuidado', destaca Marcela como unas de las metas más destacables de su proyecto. 'Dar un respiro a los cuidadores'.
Y para que este respiro se extienda en el tiempo, ya que estos fondos se rinden en diciembre de este año, Marcela señala que buscarán la forma de financiarlo al menos durante un año con la elaboración de otros programas.
Trabajar las tristezas, las frustraciones, la amargura, la soledad y la aislación en la cual se encuentran estas personas fue uno de los principales factores que motivó al sicólogo Gustavo Alfaro a participar con este grupo, con quien dice sentirse comprometido cien por ciento.
'Hay que hacer un antes y un después en afrontar esta situación solos y ahora agrupándose y ganando proyectos en esta temática que nos va a afectar a todos tarde o temprano, porque vamos a necesitar de los cuidados de alguien y entendemos que por medio de las políticas públicas no se va a dar en un corto plazo', señaló Alfaro, quien capacitó a la agrupación para mejorar y preparar sus emociones y desempeñarse mejor en esta actividad.
El cuidador, que puede tener cualquier grado de parentesco con el enfermo (hijo, hermano, cuñado, padres, nueras o suegros inclusive) adquiere una responsabilidad sin plazos ni tiempos. Se enfrenta a situaciones que pueden llegar a perjudicar gravemente su salud física y psicológica. 'Por ello, al estar a cargo de la salud de otro, es fundamental mantener los cuidados esenciales de la salud propia', enfatiza el sicólogo. J