Ayer, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, volvió a referirse a la reforma educacional, en el marco de un seminario para padres y apoderados de colegios católicos, quienes han mostrado su preocupación por la forma en que el proyecto podría afectar a dichos establecimientos.
En el encuentro, llamado 'Reforma Educacional: Desafíos y oportunidades para la Educación Católica', el jefe de la cartera recalcó que Chile tiene la educación más segregada de la OCDE, y que el sistema actual mide la situación económica de los padres y no las capacidades de los estudiantes.
'No hay ningún otro país OCDE donde la cuna determine tanto el rendimiento escolar como Chile. La reforma que estamos haciendo plantea que los niños no puedan ser seleccionados y discriminados por el lugar de origen ni por condición de pago', dijo Eyzaguirre.
De acuerdo con un informe del Foro Económico Mundial, citado por el ministro, Chile se ubica en el lugar 107 de 148 naciones, en materia de calidad de la educación primaria.
'Vamos a aumentar sustancialmente el gasto en educación. Dos tercios en la parte básica y secundaria', afirmó el titular, explicando que se pretende reemplazar hasta el máximo del copago en el tiempo.
En tanto, el diputado por Santiago y parte de la Comisión de Educación, Giorgio Jackson dijo que la educación no se puede entender sólo a partir de lo que sucede en el aula. 'Necesitamos que los padres se preocupen del futuro de sus hijos. La reforma educacional no sólo depende de un ministerio o de la Cámara de Diputados o Senadores. Todos tenemos que hacernos parte', dijo.
De acuerdo con Jackson, 898 estudiantes que eran los mejores en cuarto medio de sus colegios, ni siquiera alcanzaron 450 puntos en la PSU el año anterior. 'Los mejores estudiantes ni siquiera pueden optar a seguir una carrera en la educación superior', agregó. J