Todos quienes conocieron a Jaime Alfredo Riveras Farías (45) lo recuerdan como un hombre alegre, 'tallero' y de la sonrisa fácil. Ayer fue el primer día en que los hizo llorar, pues se realizó su funeral.
'Siempre era divertido, lo recuerdo con una gran sonrisa en la cara', expresó una amiga de Jaime que ayer leyó unas palabras en la misa que se realizó antes del funeral del trabajador de VTR.
Hasta la parroquia Santa Luisa de Marillac de Barrancas llegaron cerca de 300 personas para acompañar el cortejo fúnebre que llevaba el cuerpo del hombre de 45 años que falleció la madrugada del lunes pasado.
A la misa asistieron familiares, amigos y trabajadores de VTR, empresa en la que Rivera Farías era supervisor externo.
'Era una buena persona, se le extrañará mucho', dijo muy apenado un empleado de VTR que no quiso manifestar su nombre.
Los dolientes aún siguen sorprendidos por el repentino deceso de Jaime Rivera, pues presentaba un buen estado de salud y el día en que falleció no presentó ninguna dolencia que hiciera advertir algún peligro de muerte.
Rivera falleció tras sufrir un accidente cardiovascular en su residencia de Alto Mirador.
Pese a que entonces vecinos intentaron reanimarlo no lograron que respirara. Fue trasladado hasta el hospital Claudio Vicuña donde falleció a la una de la madrugada del lunes.
Luego de la emotiva liturgia el cuerpo de Jaime Rivera fue conducido hasta el cementerio Parroquial de San Antonio.
Hasta el lugar llegó una caravana de vehículos y el querido 'Jaimito' fue despedido entre aplausos y con hondo pesar.
Rivera Farías era padre de tres hijos y era casado con Victoria González hace 20 años. J