Cuando Eduardo Mora vio a un pequeño animal negro, de dientes filudos y largos bigotes pensó cualquier cosa antes de que era una especie protegida por el Gobierno de Chile.
Es más, Mora lo atrapó y lo mató pensando que podría tratarse de un animal peligroso. Hasta creyó que podría tratarse hasta del mítico chupacabras que había venido en la oscuridad de la noche a servirse a las gallinas que tiene en su parcela.
Mora decidió hacer público que había atrapado al animal, como una forma de prevenir a la gente, pero nunca pensó que aquel hecho le acarrearía problemas.
'Estoy consciente de que cometí un error, pero sólo quise hacerlo público para que otras personas no se equivoquen como yo y conozcan a este tipo de animales', explicó Eduardo Mora,
En una publicación de Diario El Líder, Mora describió la situación por la que pasaba cuando él, uno de sus hijos y sus nietos se encontraron con un 'bicho raro' en el gallinero y temiendo contagiarse de alguna enfermedad o que la criatura atacara a sus animales, lo metieron en un frasco y lo bañaron en alcohol hasta matarlo.
En su narración, Eduardo Mora cuenta que, al mostrar la criatura a sus vecinos, terminó convenciéndose de que el ejemplar podría ser un feto del chupacabras que había matado decenas de aves de su gallinero el año pasado.
Las páginas de Diario El Líder fueron viralizadas a través de Facebook donde aumentaron los comentarios de rechazo por el error del parcelero.
'Me enteré que en el Facebook del museo de San Antonio se publicó una funa contra lo que hice y por mi estado de salud y la depresión por la que he pasado, no puedo exponerme a este tipo de comentarios; espero que me entiendan', explicó agregando que no dará más declaraciones al respecto.
Mora dijo que durante la mañana de ayer fue visitado por dos funcionarios del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), que buscaban requisar el yaca del frasco y que lo notificaron por ser responsable de haber dado muerte a la criatura en peligro de extinción.
Según él, estas personas no entendieron su punto de vista, que todo se trató de un error por desconocimiento, que nunca antes había visto un yaca y que no tenía cómo imaginarse que era una especie protegida.
Comentó que el ejemplar que conservaba en un frasco se lo llevó su hijo a Santiago donde será estudiado por una repartición conocedora del tema. Dijo también que no quiere hablar más del caso porque le ha acarreado muchos problemas. J