El Contralor General de la República, Ramiro Mendoza, dijo ayer viernes que no tiene por qué ofrecer disculpas por las polémicas críticas que realizó la semana pasada en un seminario universitario en contra de las reformas del Gobierno y el funcionamiento del aparato estatal, y señaló que ya explicó "adecuadamente" el contexto de sus dichos.
Tras encabezar un encuentro sobre la Ley del Lobby, la autoridad sostuvo que "no tengo por qué ofrecer disculpas, yo creo que expliqué adecuadamente lo que pasó. Las disculpas son un correlato de arrepentimiento y yo no estoy arrepentido por lo que dije en un contexto académico".
"Entonces, yo creo que lo propio es que las personas que tienen la capacidad de entender esa diferencia y ese análisis crítico puedan entender las explicaciones, pero de ahí a hacer un paso respecto a la desinformación y a la descontextualización como una carga valórica que me imponga hacer una expresión de disculpas, me parece que es un exceso", enfatizó.
En esa línea, Mendoza señaló que "me sorprende que se hayan tomado como declaraciones unos cartones de atención que hice a una clase para alumnos de tercer y cuarto año de derecho en una universidad".
"Lo que yo hice, y lo que vengo diciendo hace tiempo, y ustedes pueden testimoniarlo a través de mis cuentas públicas, es advertir el grave riesgo que tiene la generación del fenómeno de desconfianza en el funcionamiento del aparataje estatal, que claro, en el marco de una charla académica uno cree que tiene esa libertad propia de las exposiciones", explicó.
Por ello, argumentó que "en ese sentido, creo haber sido consistente, no con una crítica al Gobierno, sino que con un llamado de atención o una alerta profunda que debiésemos tener todos quienes estamos en lo público de resguardar el funcionamiento institucional nuestro y de su aplicación concreta".
"Cuando me referí a unos ejemplos, yo creo que varias de las impresiones y remezones posteriores de esa clase se tradujeron en sinceramientos, por ejemplo, a la cantidad de años que dura una persona en el sistema de la Alta Dirección. Eso es preocupante y la autoridad directiva ha ha dicho que en promedio en la ADP duran 2,4 años, cuando en realidad el sistema está pensado para que duren nueve", agregó. J