Los dos únicos alumnos de escuela rural salvaron a un zorrito herido por disparos
Jorge Quiroz y Nicolás Gutiérrez, ambos de 10 años, son los únicos dos alumnos de la escuela rural de Huinca, enclavada en la localidad rural del mismo nombre, cercana a Cuncumén. La mañana del martes, al llegar al establecimiento, estos dos compañeros se encontraron con un zorrito malherido que estaba tendido a pocos metros de la entrada de la escuela.
Al advertir la presencia del animalito, los niños corrieron a contarle la noticia a su única profesora, Emilia Berríos (52). Los tres acordaron no molestarlo porque en un primer momento pensaron que sólo estaba descansando. Pero pasaron las horas y seguía ahí mismo. Entonces se acercaron y constataron que el zorrito no podía moverse. "Estaba muy debilitado y no recibía ni agua ni comida", contó la maestra, quien se comunicó por Twitter con el director del museo de San Antonio, José Luis Brito, quien en ese instante volaba rumbo a Puerto Montt.
El defensor de la fauna silvestre pidió dos cosas a la profesora y sus alumnos: que alejaran a los perros y que lo taparan con algún elemento que le proporcionara calor. Los menores le hicieron caso y lo abrigaron con un choapino.
Paralelamente, Brito se contactó con funcionarios del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), que se trasladaron hasta Huinca.
"El zorro chilla fue llevado hasta una clínica en Viña del Mar, donde se le practicó una radiografía. El examen reveló que tenía 10 perdigones alojados en distintas partes del cuerpo producto de los disparos de un cazador. Afortunadamente ninguno dañó órganos vitales, por lo que es muy probable que se pueda salvar", explicó Brito, quien valoró el aporte de los niños de Huinca para rescatar de la muerte al animal.
"Jorge y Nicolás se encariñaron mucho con el zorrito. Ellos incluso lo metieron a la jaula y lo subieron al vehículo del SAG", relató Emilia Berríos.
Brito recordó que la caza de esta especie está prohibida y llamó a la población a denunciar a los cazadores furtivos. J