150 profesores de San Antonio siguen en paro, igual que los docentes de otras 200 comunas del país. Quisimos conocer su vida y qué los motiva a mantener esta medida de presión.
"Tengo 28 años y trabajo hace cuatro. Ahora hago 36 horas en aula a la semana, pero divididas en cuatro colegios: dos del sistema municipal y dos particulares subvencionados", contó Fernanda Ortega, profesora y Licenciada en Filosofía.
Fernanda no es la única que debe tener varios trabajos al mismo tiempo. Denisse González es educadora diferencial, con especialidad en Trastornos del Lenguaje,"toda la semana entro a las 8.15 a la escuela, dos de esos días salgo a las 18.00 y, tres veces a la semana hago clases particulares, porque de otro modo no me alcanza la plata", cuenta con malestar la educadora.
Agobio laboral
Estas docentes explican que uno de los puntos principales por los que mantienen la movilización es el agobio laboral, es decir, la cantidad de trabajo que deben realizar fuera de horario y en sus casas.
"Aparte de evaluar a los niños en la escuela, tengo que hacer informes de más de siete páginas por alumno en la casa o preparar los materiales para el día siguiente. Los profesores revisan montones de pruebas en la casa, planifican todas las clases del otro día, porque algunos ni siquiera tienen una hora diaria para planificar en el colegio. Entonces ¿en qué momento haces todo lo que tienes que hacer con tu familia?", contó Denisse.
Este exceso de trabajo les trae consecuencias en el ámbito personal. "Es difícil, por no decir casi imposible vivir así. Tengo un hijo y él siempre me reclamó que nunca estuve. En todos los actos tenía que estar siendo profe, nunca mamá. Para su licenciatura tuve que pedir un día administrativo. Y eso le pasa a todos los profesores", contó con un nudo en la garganta Denisse.
"Por suerte mi esposo no trabaja en la casa y me ayuda con mi hija, pero ella igual necesita de su mamá", dijo Fernanda, mientras miraba con ternura a su pequeña Isabella.
Sueldos
"Muchos apoderados piensan que estamos en paro por plata, pero estamos luchando por nuestros derechos. Suben los sueldos de todos, pero los de nosotros están igual hace más de tres años", dijo González.
"Por cuarenta horas gano 530 mil y en un colegio subvencionado, por las mismas horas, ganaba 700 mil. Los profesores que ganan un millón son los que llevan 20 años. Cuando se anuncian recursos la gente debe tener claro que son para cualquiera, menos para los profesores", agregó Denisse.
Incertidumbre
El sistema para emplear a los profesores es diferente. El periodo en que se establece el contrato es sólo entre marzo de un año a febrero del año siguiente. Legalmente, en diciembre se les debe comunicar si continúan en el establecimiento o si hay cambios en sus horas.
"En mi caso ya empieza la incertidumbre. Es muy estresante no saber si uno va a tener trabajo o no para el próximo año", contó Fernanda.
Esta incertidumbre laboral "importa incluso al comprarse una casa, porque los profesores sólo tenemos antigüedad laboral de un año y eso dificulta mucho que te den un crédito hipotecario", dijo la profesora de Filosofía.
Jubilación
Actualmente, al retirarse, el sueldo de un profesor bordea los 250 mil pesos. La mayoría de las veces, no es ni la mitad de lo que ganaban mientras trabajaban en aula. Las docentes explican que ese es el motivo por el que luchan tanto por un buen incentivo al retiro.
"Fuimos repartir panfletos a la feria y me encontré con un abuelito que vendía pasteles, él era profesor y no le alcanzaba la pensión para poder vivir tranquilo", dijo Fernanda.
"Nosotros educamos a los doctores, ¿por qué no se nos trata igual? Un doctor no va a vivir con una jubilación de 250 mil pesos, después de haber estado toda su vida con ingresos mayores que eso", finalizó Denisse. J