Ni un respeto: ladrón desvalijó todas las alcancías de la iglesia
Para los fieles dejar monedas en las alcancías de los "santitos" en la iglesia es sinónimo de agradecimiento, de hacer una ofrenda para ayudar a los demás a través de un gesto de caridad. Por lo mismo ver todas las cajas profanadas por un ladrón fue para los feligreses más que un simple robo. Se trató de toda una maldad.
El sacerdote Vicente Véliz, de la Iglesia San Antonio de Padua, ubicada en calle Centenario, acudió hasta el templo a las 6.30 horas de ayer para rezar, como hace cada mañana.
Al ingresar miró hacia el altar y vio cómo desde una pequeña ventana colgaba una larga manguera verde. "Me imaginé de inmediato que por ahí había ingresado un ladrón porque ya nos había pasado algo similar. Temí que pudiera seguir adentro de la iglesia, así que salí y llamé a Carabineros", relató el padre.
El instinto del sacerdote era correcto. Un desconocido accedió al templo por el techo, descolgándose por la manguera, y sustrajo todo el dinero que había en las alcancías que tienen los santos.
"El simple hecho de cometer un robo dentro de una iglesia es un sacrilegio, es profanar un lugar que para los creyentes es sagrado. Me da mucha tristeza", expresó Véliz.
Las alcancías que se encuentran junto a las imágenes de Santa Teresita de Los Andes, San Pedro, Santa Felicia y San José ayer estaban "reventadas" y aún quedaban monedas esparcidas por el suelo.
Además el sujeto abrió una caja que se encuentra al ingreso de la iglesia, donde se reúnen fondos para la reconstrucción del templo. También se llevó ese dinero.
"Estaba buscando plata. Al menos eso evitó que atacara lo más sagrado para nosotros, porque el hombre robó la llave del sagrario y abrió el copón donde guardamos las hostias. Afortunadamente las dejó donde estaban", dijo el sacerdote con algo de alivio.
Cirio de linterna
El delincuente falto de respeto con las creencias religiosas no encontró nada mejor que utilizar el cirio pascual que se encuentra en el altar de la iglesia para utilizarlo como linterna. Prendió el velón y con él se alumbró. Prueba de ello es que gran parte del salón del altar se encontraba cubierto con esperma.
"Todo lo que iba hurgando lo iba manchando con esperma. Debe haber estado harto tiempo adentro porque revisó casi todo", teorizó el cura.
Ayer en la iglesia aún no lograban dilucidar el avalúo del atraco y se colocó una denuncia en Carabineros.
"No es tanto el robo lo que nos duele, nos da pena el gesto de robar dentro de un templo", reflexionó el sacerdote Vicente Véliz.
María Cecilia Cortés, una feligrés, lamentó lo sucedido. "Lo encuentro espantoso, qué puedo decir... es una maldad. Uno deja monedas a los santitos por ayudar a los demás y a los gastos de la iglesia. Es el colmo que ataquen un lugar sagrado como este", expresó. J
l El párroco de la Iglesia San Antonio de Padua, Osvaldo Caro, también lamentó el hecho y explicó que con esta ya van cinco oportunidades en que ingresan a robar al templo. "Vamos a tener que tomar medidas de seguridad que no son propias de una iglesia, que no deberían ser. Pero tendremos que seguir colocando protección a las ventanas y quizás hasta contratar un guardia de seguridad".
Además manifestó su preocupación porque el terreno de la exClínica San Antonio, que se encuentra detrás de la iglesia, se convirtió en un sitio idóneo para que se escondan los delincuentes.