El clan de los Arratia mantiene a toda la familia haciendo pan, empanadas y pastel de choclo
El pan de Lo Gallardo ya es popularmente conocido en la zona como un producto tradicional con un sello característico.
Y aunque la secreta receta la manejaban históricamente sólo dos locales del sector, la demanda fue creciendo y obligó a que el negocio lo replicaran otros vecinos.
Fue así como Ida del Carmen Arias Pérez, conocida como "Carmencita" o "la mujer de los ojos bonitos", comenzó a preparar la receta que le dio su difunta tía Rogelia y se puso a hacer pan amasado y empanadas.
"Empezamos haciendo 3 kilos y ya vamos en 10 quintales en un día", comenta Carmencita que a sus 77 años sigue encargándose de preparar grandes ollas de comida para alimentar a todo el clan que no para de trabajar.
Es que en esta familia todos trabajan en la casa de la matriarca.
Se trata de nueve hermanos, seis hombres y tres mujeres, de entre 42 y 55 años que se unieron en este emprendimiento que impulsó su madre.
En la actualidad el equipo de trabajo se compone de 15 personas, ya que se integraron esposas, esposos e hijos.
La jornada comienza a las 5 de la mañana y termina cerca de las dos de la madrugada. ¿Cómo?, se preguntará usted. Hacen dos turnos, uno que se encarga de la elaboración de las masas y el segundo que empieza con la cocción desde muy temprano.
"Comenzamos desde las 5 de la mañana y culminamos tipo 2 de la mañana, porque terminamos de hacer la cocción de los panes y después viene la producción para el otro día", explica Jaime Arratia.
"Hoy, por ejemplo, yo me venía levantando a las cuatro y media de la mañana y mis hermanas y mis cuñadas se estaban acostando después de terminar toda la producción para que nosotros empezáramos a cocer. Entonces es una cadena que no termina", agrega.
En este ritmo de trabajo los Arratia ya se encuentran en una producción que bordea las mil empanadas los domingo, 600 los sábado y en la semana unas 300 diarias.
La producción de pan es de 2.500 a 3.000 unidades diarias los fines de semana y 1.500 al día en la semana.
El horario de atención es bastante particular. "Hasta las 10 de la noche viene gente a comprar, porque este no es un negocio como para decir se cierra a las seis. No. Este es un negocio familiar y siempre está abierto. Si a las once de la noche queda pan, a esa misma hora se vende. El portón está siempre abierto y si hay luz es porque estamos acá", detalla Jaime.
la casa
La mayoría de los hermanos empresarios del pan viven en la casa de Carmencita y el resto tiene sus viviendas muy cerca, en Lo Gallardo.
Sin embargo, todos permanecen la mayor parte del día en esta casa que se fue transformando poco a poco en una microempresa familiar. ¡Y qué familión!
Carmencita todos los días se encarga del almuerzo, porque aunque en los grandes hornos su gran familia está preparando humitas y pasteles de cholo en serie, ella se preocupa de la variedad y de que se alimenten bien.
Mientras cuenta su historia, esta linda mujer de cabello blanco y ojos celestes no para de hacer sus quehaceres.
Ya es cerca del mediodía y está picando pimentón y esperando que hierva el agua para hacer un kilo de arroz graneado. En medio de todo esto y contando las ocho tazas de agua sobre la olla, cuenta con orgullo que este negocio ha mantenido unidos a sus nueve hijos y las ganancias les han servido para sustentar a toda su familia.
-Tienen que hacerlo, porque es para ellos. Si trabajan, ganan y si no, no ganan.
-Sí. Entre ellos se reparten. Y ganan la comida también, porque del mismo negocio se saca la comida gratis, como se dice. Eso ya es una buena ayuda.
- Uh! Con todo el trabajo de allá adentro (la fábrica) comen por turnos. Unos almuerzan a la una, otros a las dos y así hasta las 5 de la tarde. Pero no pueden parar, porque los hornos siguen prendidos y a las dos tienen que tener pan para el reparto.
NO come pan amasado
Y como en casa de herrero hay cuchillos de palo, esta bella matriarca de los Arratia dice que ella no come pan amasado ni empanadas.
Mostrando unos panes de panadería en el tostador, confiesa: "yo no como pan amasado y casi nunca como empanadas. Yo como hallullas, marraquetas, todo eso. Los chiquillos compran en Llolleo o en el almacén de acá cerca... será que donde uno ve todo el día el pan amasado que ya no le dan deseos".
Pero el resto de la familia sí come pan amasado e incluso, según Carmencita, en su casa la mantequilla se termina muy rápido, "porque lo que más les gusta es el pan recién salido del horno con pura mantequilla". Incluso, dice que a los clientes que regalonea, a veces les ofrece mantequilla para que prueben esa rica sensación de este producto derretido sobre la miga del pan.
Inicios
Hace cerca de 20 años que la familia Arratia de Lo Gallardo comenzó a elaborar y vender pan amasado y empanadas, pero como no habían podido conseguir los permisos legales, pasaron diez años más para que lograran formalizarse y establecerse como fábrica.
"Yo les enseñé lo que mi tía Rogelia me enseñó a mí. Cómo hacer la masa, las temperaturas del agua de la grasa y que la carne de la empanada tenía que ser picada, porque la carne molida es para la empaná frita, no para la de horno", comenta Carmencita que se dio el tiempo de recibir a Diario El Líder en medio de sus faenas de la cocina.
Carmencita tiene problemas en una cadera lo que le dificulta caminar, pero a pesar de ello, no deja de trabajar ni un momento.
-Yo no descanso en todo el día, desde que me levanto hasta que me acuesto. Me acuesto a las tres y media de la mañana a veces, pero ayudo a hacer pan, a veces preparo las farascas (masa de la empanada), pico la carne. Donde yo puedo estoy ayudando.
-Es el fin de semana el más agitado. Durante la semana no es tanto (dice con modestia).
terremoto
Debido a que en el terremoto del 27/F se estropearon los conocidos y ya tradicionales "hornitos" del sector y los de la familia Arratia permanecían intactos, la tragedia se volvió una oportunidad.
"La gente comenzó a llegar y hacía fila para comprar pan desde muy temprano, así es que estuvimos todo el día dele que dele. Unos en la cocina amasando y los otros cociendo en los hornos y viera cómo llegaba y llegaba la gente", revela Carmencita recordando cómo comenzaron a hacerse más populares.
Uno de los Arratia también perdió su casa para el terremoto, por lo que se encontraba en la casa de su madre y vieron en este negocio la mejor forma de trabajar con la garantía de que la clientela ya los estaba esperando.
Y hoy, pese a que el fuerte de esta empresa es el pan amasado y las empanadas con carne picada, también ofrecen tortillas de rescoldo y sopaipillas todo el año. Y humitas y pastel de choclo en temporada de verano.
Trabajan todos los días, vendiendo pan desde las 7 de la mañana y empanadas desde las 9.00. Y como ya sabe, sin hora de cierre, sino hasta agotar stock.
Para visitarlos, están en Avenida San Juan 2651, en Lo Gallardo. J