Dada Acharya, el monje de la India que promete renovar el espíritu de los sanantoninos
Acharya Ramashrayananda lleva pocos días en San Antonio y se ha hecho notar. Con su atuendo naranja no pasa indiferente en ningún lugar. La gente lo mira y, contrario a lo que se podría esperar, no dicen nada. Sólo se limitan a observarlo. Presumen por su vestimenta que se trata de un líder espiritual y no están equivocados.
El llamativo personaje es un monje de la India que llegó a la zona con la misión de guiar a los sanantoninos a vivir mejor y a relacionarse mejor con ellos mismos, su entorno y su cuerpo. Explica que su "ciencia" busca que las personas se acerquen a Dios por medio de la reflexión y el yoga.
"Todos tienen espiritualidad, sólo necesitan despertarla. La esencia está, pero hay que buscar el equilibrio con un guía porque para aprender necesitas siempre de un maestro que te enseñe", dijo el monje.
Pero su llegada a la comuna puerto -donde tendrá una apretada agenda (ver recuadro)- no es casual ni antojadiza, sino que obra del trabajo de Ananda Marga, un colectivo que practica la misma corriente espiritual y que busca hacerse cargo de mejorar la complicada vida de los sanantoninos.
"A raíz de la situación social de San Antonio, las depresiones y los suicidios decidimos ir a Argentina y contactarnos con él", contó Raúl Román, presidente de la asociación sanantonina que tiene su sede en Julio Navarro 1223, Llolleo.
El dada (hermano mayor), como también le llaman, está radicado en Argentina luego de un breve paso por Brasil y Estados Unidos, país al que llegó en 1999, diez años después de convertirse en monje en la India en 1989 cuando era sólo un joven de veinte años.
No fue un camino sencillo, pero supo desde que era un niño en un poblado cercano a Calcuta, en India, que sería un líder espiritual.
"Desde pequeño que tenía ganas de ser monje, de acercarme a Dios. Tenía un deseo muy intenso. Para formarse como monje hay que estudiar mucho, aprender filosofía, lenguas", cuenta Acharya sobre su proceso para convertirse en el monje que es la actualidad.
En su largo peregrinar reconoce que a pesar de las diferencias culturales y de idioma de las personas, estas no cambian mucho porque "por dentro son todos iguales".
UN BUEN GUÍA
Acharya Ramashrayananda tiene muchos compromisos en San Antonio. Ni los más optimistas pensaban que sería tan bien recibido. Con un español fluido, pero un claro acento indio mezclado con argentino se da el tiempo de conversar con Diario El Líder.
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-Me han tratado bien. Llevo poco tiempo, pero la gente ha sido muy respetuosa como en todas las partes que he ido.
-La práctica de la meditación y del yoga para buscar y entrar a Dios. A respetarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno. A cuidar nuestro propio cuerpo. Y también a saber quiénes somos. La gente desde siempre ha querido conocer cuál es su origen, para qué estamos aquí. Son preguntas que queremos ayudar a responder.
-No es un proceso largo, depende de la inteligencia y del karma de cada uno, de lo que te empuja a cada uno interiormente.
-Siempre se necesita un guía. Si un niño quiere aprender música o matemáticas necesita alguien que le enseñe. En la espiritualidad es lo mismo.
-Nosotros no tenemos, ni pertenecemos a ninguna religión. Respetamos todas las religiones, pero esto es espiritual va dentro de las personas.
-Sí. Nosotros unimos, no tenemos diferencias y las religiones sí dividen. Todos los seres somos de la misma familia en que tenemos que respetarnos unos a otros. Por ejemplo: un árbol. Nosotros lo respetamos porque los hombres no pueden vivir sin árboles. También es de nuestra familia, tenemos un vínculo en que tenemos que respetarnos todos.
-Hay mucho interés. Cuando yo vine hace quince años no había tanto, pero ahora sí hay gente más abierta. Había más fanatismo católico que no miraba esto bien. Pero nosotros no atacamos a nadie, respetamos a todos porque somos hijos del mismo Dios.
-No llevo mucho tiempo en San Antonio o en Chile, pero acá como en otros países hay una preocupación por la humanidad. Uno ve que va por un camino equivocado, que hay poco respeto por el entorno, por ejemplo.
Con educación. Hay que enseñar desde que son niños, porque cuando uno es pequeño se debe tener un buen guía.
Sin miedo
Los antiguos seguidores de esta corriente espiritual están muy contentos con la visita de Acharya Ramashrayananda e ilusionados con las visitas que comenzará a hacer periódicamente desde abril.
Pramatii, de Llolleo, lleva cerca de 16 años practicando esta ciencia. Confiesa que el nombre de su cédula de identidad es Patricia, pero que ya prácticamente no lo usa para otra cosa que no sean trámites oficiales que lo requieran.
-Es personal, en cada caso es distinto. En mí fue una motivación desde muy niña. Preguntaba por todas partes sobre el yoga y nadie sabía hasta que llegó ese maravilloso día en que alguien sí lo conocía y que pude encontrar a los maestros que sí saben de esto.
-Nuestra vida se va transformando y todo lo que va pasando se toma como parte de la vida nada más, se van tomando y valorando de una manera distinta.
-Todo lo puedes ir haciendo mejor, te comienzas a rodear de gente que te hace pensar de una manera diferente, a sentir y oler distinto, a aprender a quererte y relacionarte de otra forma con la naturaleza, con el aire, con el mar, el viento. Todo.
-Sí, totalmente, porque uno va conociéndose al interior y cuando uno llega a ese punto va queriéndose más, va sanándose y dejando de lado todas las enfermedades.
-Nosotros en Ananda Marga estamos en una sede ubicada en Julio Navarro 1223, en el sector de Las Lomas. La gente se puede acercar a hacer consultas y a ver de qué se trata. Si les gusta se pueden quedar, si no les gusta no hay ningún problema.
-Sí, es gratis también. Así es que no hay por qué tener temor para no ir. J
l El monje de la India, Acharya Ramashrayananda, estará hoy en el colegio Juan Dante Parraguez, a las 10.30, y a las 15.30 dará una charla a funcionarios municipales. A las 18, también tendrá una actividad en la biblioteca Vicente Huidobro. El viernes 20 compartirá sus conocimientos con los funcionarios del consultorio Néstor Fernández Thomas de Las Lomas, en Llolleo y a las 19.30 en el Instituto Profesional Los Lagos. Y por último, el domingo 22 hará una sesión de meditación colectiva en la sede de Ananda Marga, ubicada en Julio Navarro 1223, Llolleo.
"Desde pequeño
que tenía ganas
de ser monje, de
acercarme a
Dios. Tenía un
deseo muy
intenso. Para
formarse como
monje hay que
estudiar mucho".
Acharya Ramashrayananda