Mientras estudiaba en el liceo Santa Teresita, Mireya Muñoz aprovechaba su tiempo libre para acompañar las actividades que la Cruz Roja hacia en San Antonio. Desde chica le llamaba la atención el tema de la enfermería. Cuando salió de cuarto medio del establecimiento educacional femenino, las posibilidades de estudiar una carrera universitaria no eran tan fáciles como son ahora.
Mireya deseaba seguir su vocación a toda costa, pero algunos obstáculos se ponían en su camino. Hasta que un día prendió la radio, sintonizó la señal de la "Sargento Aldea" y escuchó un anuncio donde hacían un llamado para realizar un curso de auxiliar de enfermería en el hospital Claudio Vicuña. Era 1972.
"Llegamos 300 personas al hospital antiguo, el que todos recuerdan de madera. En el primer filtro quedamos 150, luego 50, y finalmente 18, entre las que estaba yo", recuerda Mireya. El curso había sido de nueve meses, y tras la graduación, en sus manos tenía la capa blanca que la acompañaría por cuatro décadas. "En esos tiempos había respeto por el uniforme, sola la usábamos dentro del hospital. Eso se ha ido perdiendo", reconoce.
desde cerro alegre
A Ricardo Muñoz todos lo conocen en cerro Alegre como el "Gran Murguero". Ha sido por años el que lleva la batuta en la murga "Hermanos Carrera", una de las más tradicionales del carnaval de San Antonio.
Padre de Mireya, siempre se sintió orgulloso que su hija fuera además de una excelente trabajadora, una de las mujeres que siempre dijo presente en las demandas sociales que realizaban los trabajadores del hospital sanantonino.
Con una pancarta, con la bandera de Chile. Interviniendo por sus demás compañeros de trabajo. A Mireya Muñoz no le temblaba la voz cuando había que alzarla y varias veces fue retratada en la prensa local en alguna manifestación del servicio público gracias a su destacada labora dentro de la Fenats.
de vuelta al estudio
Cuando tenía 50 años, Mireya dio otro paso importante al estudiar técnico nivel superior en Enfermería, aprovechando que el Aiep en convenio con el hospital Claudio Vicuña realizaron estos cursos los días sábado para los funcionarios.
"Fue duro haber realizado esta doble función porque nos exigían buenas notas. Pensaba que eso ayudaría un poco en el tema de la jubilación, pero no fue tan así", comenta.
el duro adiós
Tras 40 años, este 31 de marzo Mireya Muñoz jubilará. Emocionada recuerda que "antes las generaciones que trabajábamos acá teníamos quizás más vocación. En mis 40 años llegué una vez atrasada, y nunca nos tomábamos los días administrativos, porque nos gustaba venir a trabajar".
Atrás quedarán las anécdotas. Los días en que sus tres hijos (Eduardo Castro, Roberto Hernández y Ricardo Hernández) la acompañaban al hospital porque no tenía con quien más dejarlos. Las paredes del Claudio Vicuña se convirtieron para Mireya Muñoz durante cuatro décadas en su casa. La casa a la que le dice adiós. J
l Se podría pensar que tras cuarenta años de trabajo, la jubilación para Mireya Muñoz debería alcanzar para vivir tranquilamente. Pero lamentablemente no es así. Serán 147 mil pesos los que reciba mensualmente. "Tanto trabajo y estudios para jubilar con ese momento, no queda más que resignarse. Es difícil la situación para los trabajadores cuando jubilan, porque claro, nos dicen que ahorremos, pero todos los meses hay que pagar cuentas, colegios, etc, entonces es difícil", relata esta eterna luchadora.