Minutos antes de las 10 de la mañana, y acompañado de su abogado y dos escoltas presidenciales, por ser hijo de una Jefa de Estado, Sebastián Dávalos llegó ayer a la Fiscalía de Rancagua para prestar de forma voluntaria su declaración por el denominado caso Caval, que indaga la compra de terrenos con presunta información privilegiada. Allí conversó con el fiscal Luis Toledo por cuatro horas.
Lo sucedido con Dávalos distó de lo ocurrido con su esposa Natalia Compagnon el miércoles pasado, cuando la cientista política declaró por más de 9 horas, con gran expectación de la prensa y manifestaciones a la salida de la oficina del Ministerio Público, lo que dificultó su traslado hacia el auto.
Ayer el ex director sociocultural de La Moneda llegó y se fue en completo silencio, fue trasladado por un auto fiscal, estuvo escoltado y con resguardo policial. Además, Carabineros había acordonado el sector y cortado el tránsito vehicular, por lo que los medios de comunicación que estaban presentes no pudieron acercarse a él.
Según informó Emol, el certificado de inscripción de anotaciones vigentes de la camioneta 4x4 marca Hyundai en que viajaba Dávalos, emitido por el Registro Civil, no registraba su seguro obligatorio vigente, por lo que el conductor habría cometido una infracción a la Ley de Tránsito.
Dávalos es investigado por presuntos ilícitos de negociación incompatible, revelación de secreto funcionario y tráfico de influencias.
Operadores políticos
Luego de que el domingo se conociera parte de la declaración de Compagnon ante la fiscalía la semana pasada, ayer el nuevo presidente de la UDI, Hernán Larraín, calificó de "delirante" la opción de que fueran dos operadores políticos de la UDI quienes la convencieron de hacer el negocio y acordaron compartir las ganancias una vez vendido el terreno.
Larraín aseveró en radio Cooperativa que "he oído cosas delirantes en el último tiempo, pero ésta francamente superó toda la imaginación (...) me parece que no se le puede prestar crédito a ese tipo de insinuaciones para lograr pensar que aquí hay una operación política detrás del caso Caval ajena a los actores que ahí están".
Los militantes UDI nombrados fueron el ex administrador municipal de Joaquín Lavín, Patricio Cordero, y el gestor inmobiliario conocido por su participación en el caso Spiniak, Juan Díaz. Se cree que habrían más. J