José "Tuta" Acevedo habla de sus días de pescador y de cómo llegó a ser un experto gruero
En la voz de José Bernardo Acevedo Órdenes se percibe una tranquilidad que, seguramente, es signo evidente de la experiencia y sabiduría que este sanantonino ha acumulado en sus 54 años de vida.
"El Tuta", como le llaman sus amigos, es un antiguo trabajador de la empresa San Antonio Terminal (STI), adonde llegó en el año 2000 cuando esta compañía daba sus primeros pasos en el puerto local.
Como operador de grúa, Acevedo admite que es un orgulloso portuario de San Antonio y se muestra agradecido por todo lo que ha logrado gracias a su esfuerzo personal y el sacrificio de su familia.
"Cuando empecé en el puerto yo tenía sólo 19 años. Entré a trabajar en una empresa pequeñita (Coseport) cuando en el puerto no se ganaba plata. A los dos años aprendí a operar las grúas pluma de los buques", explica.
Eran los tiempos en que las faenas portuarias se caracterizaban por ser mucho más pesadas y peligrosas. La tecnología moderna ha cambiado bastante la forma en que los operarios desempeñan sus funciones.
"Hubo un señor, José Alarcón Mora, que me enseñó a trabajar en una sola noche. Después por mi cuenta seguí aprendiendo", asegura.
Pedro "Tuta" Acevedo era el padre de José Bernardo y también fue portuario como su hijo. De él heredó el apelativo y el compromiso con el trabajo. "Él era una persona súper humilde, me dejó muchos valores", admite.
Un día, de esos que quedaron grabados en su memoria, "El Tuta" fue recomendado por Fernando Gurman para entrar a la empresa Ultraport. "Me dieron la oportunidad de hacer turnos y me quedé ahí", rememora.
mirando a ee.uu.
Aunque no buscó salir del puerto, José reconoce que a mediados de los años 80 el trabajo en el terminal se complicó porque los sueldos no rendían tanto. Así se embarcó en otra travesía: tratar de ingresar ilegalmente a Estados Unidos. "Estuve seis meses dando la hora, no logré entrar a ese país y quise devolverme", señala.
De regreso en San Antonio, decidió ser pescador, y pese a que se mareaba, salía de madrugada en las lanchas a buscar el sustento para su familia. El frío y la brisa salada siguieron acompañándolo, forjando su espíritu laborioso.
"Trabajé siete años en la pesca artesanal, conocí mucha gente y tengo muy buenos recuerdos de aquella época", destaca.
El puerto, como si lo quisiera tener amarrado a su muelle, lo llamaría una vez más. "Fui a jugar a la pelota en el club Unión Católica, y un amigo me dijo que había una oportunidad de volver al puerto, así fue como regresé a las faenas".
A su lado siempre estuvieron su esposa Rosa Acevedo y su hija Marcela Paz. Con ellas dio la lucha para que la familia estuviera siempre unida.
De vuelta al puerto, Acevedo ingresó a la empresa Cosem, donde ocupó el puesto de "huinchero" o gruero de nave. Luego renunció y se marchó a la compañía Litoral, para recalar, meses después, en Equipsa.
El año 2000, STI se adjuficó la concesión de los sitios 1,2 y 3 del puerto de San Antonio. En esa compañía quisieron que "El Tuta" fuera parte del equipo de operadores de grúas.
En su nueva empresa, Acevedo contó con el respaldo de jefes como Gabriel Juri. "Él es una excelente persona, un profesional al 100%. Siempre fue muy derecho conmigo y me ponía de ejemplo. Mi única forma de retribuir su confianza con él, que era el jefe de grúas, era con trabajo y compromiso", señala.
Valora también lo que le ayudaron Gerardo Hernández, Juan Escobar y Pablo Parada.
Para crecer en lo laboral, José aceptó que lo enviaran a una capacitación a Panamá, país en que se especializó en operar las grúas de mayor capacidad.
"El puerto me lo ha dado todo, me ha dado estabilidad. Gracias a mi trabajo tengo mi casa y mi auto", confiesa al hablar del orgullo que lo apasiona.
La clave para realizar una labor eficiente en el puerto, según José Acevedo, es que se trabaje "en forma coordinada". "El conjunto de accciones es lo que hace que el trabajo sea bueno, detrás de cada uno de nosotros hay un equipo en el buque y en tierra".
Hoy, cuando STI, ya cumplió 15 años de operación en San Antonio, "El Tuta" es uno de los más experimentados grueros de las grúas Gantry, aunque él admite que la primera vez que usó una de estas sintió miedo al ver, desde la altura, todo el movimiento al interior del terminal.
José Acevedo también expresa su satisfacción por la forma en que ha sido tratado por los ejecutivos de STI. "Ellos han sido buenos conmigo porque valoran mi trabajo y no digo eso porque sean jefes", declara al referirse al ex gerente general, Alberto Bórquez, al actual gerente general José Iribarren, y a la gerenta de Recursos Humanos, Elisa Díaz.
A juicio de "El Tuta" en STI los trabajadores se sienten parte de una familia en que todos quieren empujar para que exista desarrollo.
La vida le ha enseñado a José Acevedo que no todo se consigue con facilidad. Sus horas de trabajo en el puerto, cumpliendo turnos de noche o de día, son esfuerzos que él hace porque tiene la convicción y las ganas de superarse un poco más todos los días.
Su matrimonio con Rosa Acevedo, "El Tuta" confirma que le ha dado las mayores felicidades, como el nacimiento de su hija Marcela Paz, hoy de 23 años."Con mi mujer nos conocimos cuando estudiábamos en el colegio Movilizadores Portuarios".
La gran pena que carga José Acevedo es no estar junto a su papá, que murió hace más de 15 años. "Me hubiese gustado que él viera mis logros, que para mí son importantes. Mi padre murió de cáncer y de él me quedo sólo con las cosas buenas. No soy rencoroso ni envidioso", manifiesta.
En su rutina diaria, José reparte sus horas entre el puerto, las largas caminatas por las calles de San Antonio y los tiempos de descanso.
"Soy feliz, a mi modo sí. Yo disfruto de mis cosas, aunque soy bien pa´dentro y medio serio. Son bien apegado a mi madre, Lidia Órdenes, y a mis tres hermanos; somos súper unidos y las fiestas como Navidad y Año Nuevo tratamos de pasarlas juntos. A mí me hace inmensamente feliz estar bien con mi familia. Eso es lo que más importa", dice.
el puerto futuro
-Me gustaría que el puerto, en los años que vienen, fuera grande. Yo sé que Puerto Central va a traer sus grúas y va a tener un gran muelle también, y me gustaría que le fuera bien, pero que nosotros en STI sigamos siendo los mejores. Yo tengo muchos amigos acá y por eso quiero que nos vaya bien a todos en el puerto de San Antonio; habiendo trabajo es bueno para todos.
san antonio unido
José Acevedo conserva con orgullo los recuerdos de los partidos que jugó como juvenil en el club San Antonio Unido. "Fue por a fines del año 79. Jugaba de 8 o de 10. Me gusta que le esté yendo bien a San Antonio Unido, porque soy un sanantonino de corazón y eso me da orgullo".
El amor por San Antonio que José Acevedo siente es muy grande. Por lo mismo no aceptó una conveniente oferta laboral para irse a Valparaíso. "No me imagino en otra parte. Espero poder terminar mis años de trabajo aquí en STI, porque así como yo he dado, ellos me han dado mucho tiempo", sentencia. J