Angélica Alvarado: la mujer que lloró durante el acto de la CUT
En vivo y a todo pulmón interpretado por un grupo musical sanantonino suena "La Muralla" de Quilapayún en la esquina de La Marina con El Molo . "Al corazón del amigo... abre la muralla, al veneno y al puñal... cierra la muralla", corean los asistentes al acto central que la CUT provincial realizó para conmemorar el Día del Trabajador. Es un mediodía frío, aunque el corazón de Angélica Alvarado Castillo está caliente.
A sus 62 años esta sanantonina de la población 30 de Marzo cierra sus ojos y realiza el ejercicio mental de escarbar el pasado. La música del "Quila" la traslada a una época sensible para una generación importante de chilenos . Las emociones se entrelazan como una montaña rusa, y las lágrimas no se dejan esperar. Angélica está llorando. El nudo en su garganta es el mismo que han tenido que desatar en estos últimos 25 años de democracia los compatriotas que fueron testigos de una época que llenó al país de metafóricas cicatrices.
trabajos voluntarios
Angélica Alvarado Castillo, en el comienzo de la década de los 70, siendo una joven luchadora, siguió su convicción y se inscribió en las filas del Partido Comunista (PC). Su labor dentro de los trabajos voluntarios que implementó el gobierno de la Unidad Popular moldearon su forma de ser.
"Aquellos trabajos voluntarios uno los hacía con mucha entrega y pasión, porque éramos una juventud muy involucrada en temas políticos. Recuerdo muy bien los años 1971, 1972, ya que junto al gobernador Jorge Romo Zúñiga realizábamos la entrega de harina en diferentes sectores de San Antonio, y también teníamos que ir a dejar productos al puerto. La Mopare, que era un movimiento en ese tiempo que incluía a los camioneros, ayudaba en los traslados", explica Angélica.
"El golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 me pilló en la casa, pero de inmediato empezamos a ponernos en estado de alerta. Con otros compañeros comenzamos a reunir ropa y la fuimos a dejar a la Gobernación, donde ya estaban los primeros detenidos", recuerda.
traigan todas las manos
Los años pasaron tras el golpe de estado y Angélica Alvarado no perdió su tiempo: fue parte del sindicato de Obreros de la Construcción; tocaba el pito en un grupo musical que bautizaron como "Amaranto", donde junto a otros sanantoninos le daban algo de color a aquellos años grises; y siempre dijo presente cuando había que dar la cara para protestar.
Por eso es que ayer no podía estar ausente en el acto de la CUT. Pese al frío y la neblina matinal, bajó desde su hogar en la población 30 de Marzo y se puso en primera fila.
Y cuando le pidieron que "pasara el sombrero" solicitando una colaboración de los asistentes (para los gastos de la sede), aceptó de inmediato. "Lo hago orgullosa", afirma emocionada Angélica. Mientras pasaba el sombrero, la letra de Quilapayún sigue siendo coreada por los presentes: "Alcemos esta muralla, juntando todas las manos". J