Hace siete años Carlos Andrés Jorquera Hernández (59) dejó su hogar. El trago le hizo perder su trabajo, lo alejó de su familia y lo mantenía como indigente viviendo en la calle.
El "Gato", como le decían de cariño, deambulaba por varios sectores de San Antonio y encontró en la "Plaza de los Jubilados", en el corazón de Barranas, una especie de refugio. Fue ahí donde lo hallaron sin vida.
Cerca de las 8 de la mañana de ayer lo encontraron muerto en una banca de la conocida plaza. El intenso frío que golpeó a San Antonio durante la madrugada hizo pensar que el hombre de 59 años había fallecido de hipotermia, pero finalmente fue el alcohol el que le arrebató la vida.
Tras encontrar el cuerpo de Jorquera Hernández, el fiscal de turno dispuso pericias por parte de la Brigada de Homicidios (BH) de la Policía de Investigaciones.
En el lugar el subcomisario Rodrigo Brugos explicó que "se puede determinar que no hubo participación de terceras personas en el deceso. En primera instancia se trataría de un infarto que estaría asociado a enfermedades propias de la ingesta de alcohol".
Hasta la plaza llegaron familiares del fallecido, quienes lo identificaron de inmediato. El cuerpo fue trasladado hasta el Servicio Médico Legal de San Antonio y la misma tarde de ayer se le realizó una autopsia, la que confirmó la teoría de la BH: el hombre falleció de un infarto fulminante.
Estimativamente estuvo sin vida en el banco de la plazoleta cerca de dos horas.
La hermana del occiso, Lucía Jorquera, expresó que el "Gato" sufría de alcoholismo y pese a la insistente ayuda que le ofrecieron para dejar la indigencia, éste siempre se resistió a vivir en una casa.
"Le teníamos una habitación, pero iba una vez a las mil. El fin de semana lo vinimos a ver acá a la plaza para dejarle algunas cosas y saber cómo estaba", expresó la mujer.
El hallazgo generó gran conmoción en el centro de Barrancas y varias personas se detuvieron a ver la situación.
"Yo lo veía siempre por acá, venía con sus amigos a tomar algo (de alcohol) en las tardes y pasaba la noche aquí", contó un locatario del sector.
El hombre se encontraba anotado dentro de los registros municipales como en "condición de calle" y por ello llegaron desde el municipio para prestar cooperación.
Hasta el cierre de la edición la familia aún no determinaba cuándo sería el funeral de Carlos Jorquera Hernández.
El occiso era padre de cuatro hijos, a quienes debido a su alcoholismo dejó de ver de manera regular. J
l Carlos Jorquera era apodado el "Gato", al igual que su padre. Durante gran parte de su vida trabajó como tripulante de un barco de pesca industrial, oficio que abandonó cuando cayó en el alcoholismo.
Últimamente se dedicaba también a trabajar como ayudante de mecánico.
Quienes lo conocían comentaron que era "un hombre tranquilo, respetuoso y que no molestaba a nadie".