Dos equipos que nacieron en la misma población forjaron una rivalidad que se extiende en el tiempo. Comenzó en la década de 1940 y sigue en pie a pesar del cambio de siglo. Ayer Torino y Juan Aspeé demostraron que este es un verdadero clásico del fútbol local. El choque por la séptima fecha de la Asofútbol tuvo todos los ingredientes que le dan esta clasificación a un partido: goles en ambos arcos (terminaron 2-2), ocasiones en las dos porterías, varios tantos perdidos, polémicas, emoción, pierna fuerte y al final corrieron algunos charchazos como la guinda para esta torta.
El duelo jugado en el pasto sintético de Los Aromos, comenzó con una polémica, porque Matías Araya (ex Torino), en los 8' estrelló el balón en el horizontal y el pique no se supo si fue dentro o fuera del arco. Según el "10" era gol, porque lo celebró. El "Talo" Betancourt no compró y no cobró el tanto.
Cuando la visita jugaba mejor, Astudillo tocó para Gonzalo Sáez y el delantero clavó la pelota en un ángulo en los 12'.
Una de las leyes del fútbol es la del "ex" y el "Chiqui" Romero la sigue al pie de la letra. En los 18' empató con un cabezazo. Levantó la mano pidiendo perdón; y en los 23' entre Matías Araya y el mismo "Chiqui" armaron la jugada que terminó con el 2-1.
Torino pudo empatar en los 37', pero Ferragut le tapó un penal a Sáez.
El "Pato" del Pino retó en el entretiempo a sus cabros, porque salieron con otra disposición a la cancha. Se fueron encima de Juan Aspeé y empataron de entrada. En los 49' de cabeza Maikol Molina conectó un córner.
Las ocasiones se registraron en ambas porterías. A ratos se venía mejor a Torino y en otros a Juan Aspeé.
En los últimos minutos el duelo se calentó y como corolario, el "Chiqui" (fue reemplazado en los 60') se enfrascó en una discusión con Astudillo en los 88'. Primero se cabecearon y después el de Juan Aspeé le puso el medio charchazo a su vecino. Ahí se metieron todos: unos a separar y otros a calentar más. No pasó a mayores y el clásico se sentenció con un empate. J