Escolar sanantonino es uno de los capos en idioma chino mandarín a lo largo de Chile
El aula magna de la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica de Chile estaba en absoluto silencio. Se sentía el nerviosismo y la emoción. Marcela Mella y Cristian Piña habían llegado hace pocos minutos desde San Antonio para ver a su hijo mayor, Cristian, presentar una disciplina artística tradicional para que el selecto jurado decidiera si se coronaba como uno de los ganadores de la competencia nacional. El detalle era que el escolar sanantonino estaba participando en un concurso de dominio del idioma chino mandarín y el área artística que debía dominar era una tradicional del país asiático.
Se presentaron varios concursantes, que mostraron diversas disciplinas y los nervios de Marcela iban creciendo. "Es que él practica su instrumento solo desde marzo", reveló la joven madre. Cuando llegó el momento en que el joven sanantonino demostraría si todo el esfuerzo que realizó durante estos meses valió la pena, el público quedó encantado y los padres respiraron con alivio.
La competencia partió el día jueves, donde los 26 concursantes mostraron un discurso en el idioma oriental. Ese día, el adolescente sanantonino terminó en el primer lugar.
"Cuando me avisó que estaba entre los ocho mejores me costó convencerme, porque estaba de los primeros, era muy especial para nosotros", dijo Marcela, emocionada todavía. Su hijo le dio la noticia mientras iba, junto a su compañera del Instituto Comercial Marítimo Pacífico Sur y con su profesora Lisha Liu, al hostal que la organización puso a disposición de todos los jóvenes representantes de distintos colegios del país.
El día viernes tanto el público como el jurado del 14° Concurso Puente Chino quedaron sorprendidos por el dominio que el joven tenía de la Pipa, una especie de guitarra asiática de cuatro cuerdas que emite ese sonido característico de la cultura milenaria china y que llena la mente de inmediato con las imágenes de dragones orientales y de la gran muralla.
El único problema, según contó el joven de 17 años, fue que "se me desafinó el instrumento" y por eso le bajaron el puntaje. Finalmente, quedó en el segundo lugar a nivel nacional y el desafío que se viene en el mes de octubre es enorme, pues deberá viajar a China para representar al país y competir con jóvenes de todo el mundo.
Lisha Liu
Hace casi dos años que a Cristian, sin ningún motivo aparente, le dieron ganas de conocer más de la cultura oriental. Justo en abril de ese año Lisha Liu llegaba a San Antonio, una ciudad completamente desconocida para la joven de origen chino, pero que se transformaría en su hogar durante varios meses, ya que era el lugar que el Ministerio de Educación chileno (Mineduc) destinó para que realizara su pasantía.
Lisha se instaló en San Antonio y tomó la decisión de que era mejor que le dijeran Lisa, "porque a los chilenos les cuesta un poco pronunciar el nombre", confesó con su habitual sonrisa y buen humor.
De inmediato comenzó a hacer clases en el Instituto Comercial Marítimo Pacífico Sur. "Es un taller, porque solo hago ese taller, donde los alumnos van siempre, aunque Cristian y otros alumnos van más seguido", agregó la profesora, en un español con un marcado acento asiático. "Es que solo llevo diez meses en Chile", dijo.
Lisha volvió a China entre diciembre y marzo para visitar a su familia, momento que aprovechó Cristian para encargarle la Pipa que quería.
program, una practice
-Al principio yo me sentía como tonta, no podía hacer nada, para tomar taxis y para tomar colectivos tenía que ir con alumnos, ellos hablaban inglés y así yo podía comunicarme con ellos. Entonces, me di cuenta que la gente es muy buena, muy agradable.
"Eso sí, la comida fue un problema, el desayuno y las onces. Porque ustedes comen mucho pan y el pan es muy duro y me rompió acá (señala el paladar) los primeros días. Antes yo vivía en otra casa y ellos comían muy, muy tarde y yo estoy acostumbrada a comer temprano", contó Lisha.
Además, ella sentía que necesitaba concluir un ciclo y vaya que lo logró, ya que uno de sus alumnos representará al país en una competencia internacional. "Estoy muy muy feliz, porque yo creía que este año él iba a ganar, pero no pensaba que iba a salir segundo, yo pensaba que tercero o cuarto, pero el segundo muy bien. Ahora él tiene que participar en el concurso en China, pero no puedo ir con ellos, porque el pasaje es como de dos millones en ir y volver, entonces es complicado, solo van con uno o dos profesores, pero yo no puedo", concluyó la joven con orgullo y entre risas.
Timidez
Cristian es el mayor de dos hermanos, vive con su familia en Barrancas y quienes lo conocen no dudan en calificarlo como una persona tímida. "En realidad soy tímido, aunque como el año pasado me tocó competir, mi familia me decía que tenía que expresarme más, pero con el concurso yo ya no estoy nervioso. Estuve tranquilo".
El alumno de cuarto año medio G del Inco es de pocos amigos y tiene una polola desde hace nueve meses, pero no le gusta hablar mucho del tema.
"Además voy a la casa de mis primos a escuchar música, que es diferente porque a mí me gusta el rock y ellos prefieren el reggaetón, pero igual la pasamos bien", contó el joven a quien tampoco le llama mucho la atención el fútbol.
"No es porque sea mi hijo, pero de verdad que es un joven súper tranquilo. No le gusta salir mucho a fiestas ni nada de eso, al contrario, prefiere pasar el tiempo con la familia y escuchando música", indicó Marcela, la mamá.
Cristian, contrario a muchos jóvenes, no está preparándose para la PSU, que deberá rendir a fin de año. "O sea, voy a rendir la PSU, pero no me estoy preparando tanto porque yo sé que quiero estudiar algo relacionado con traducción en chino mandarín. Antes me gustaba el trabajo del puerto y, por eso, empecé a estudiar en el colegio Operación Portuaria, pero ahora sé que esto es lo que me gusta", dijo el escolar con los ojos brillantes y una seguridad que sorprende.
En chino mandarín
Cuando la familia de Cristian supo de sus ganas de comenzar a participar en el taller de chino mandarín, jamás imaginaron el impacto que traería para la vida del joven este hobby.
"Al principio era difícil porque la pronunciación es compleja, hay palabras, como "ma", que si se dice con un tono significa caballo, y si se pronuncian con otro, significa mamá u otros dos significados", aclaró el joven.
Pero ahora este hobby del joven se transformó en una opción de vida y gracias a este concurso, organizado por Instituto Confucio y la Pontificia Universidad Católica, más el patrocinio de la Oficina Cultural de la Embajada de la República Popular China y la empresa de telecomunicaciones Huawei Chile, se le abre una serie de oportunidades de estudio inclusive.
-El año pasado salió como quinto y lo premiaron por desplante. Quedamos felices igual porque él es tímido. Este año estudió y estudió y sabíamos que iba a tener un lugar, pero no sabíamos que iba a ir a competir allá y que iba a tener que estar un mes.
Esta será la primera vez que el joven esté tan lejos de su familia (literalmente al otro lado del planeta) y hay muchos temores, "pero nosotros lo apoyamos en todo porque ahora hay que empezar a juntar plata, porque a él le regalan los pasajes, los alimentos y la estadía, pero igual tiene que tener para comprar sus cosas allá", agregó la madre.
Al terminar, ya un poco más tranquilo y en confianza, Cristian dio una parte del discurso que presentó y partía con Ni hao, wo siao ke xiao yue (Hola, me llamo música). J