La primera vez que Cogollo Larraín plantó una semilla de marihuana fue cuando tenía 14 años. Recién estaba fumando sus primeros pitos cuando puso la semilla en el macetero y esperó hasta su floración, luego secó los frutos y los disfrutó. 34 años después de aquella primera experiencia con la planta, Cogollo Larraín ha recibido durante las últimas 48 horas una importante cantidad de llamados tras la aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto de despenalización del autocultivo con fines medicinales y recreativos.
Aunque para él la única ley que vale es la de la naturaleza, y va a seguir fumando con o sin aprobación legislativa ("hasta el último día de vida, espero", confiesa), cree que el trámite en el Congreso fue un paso importante para el debate.
"Recuerdo las primeras marchas por la despenalización que se hicieron en Santiago, donde la gente aún iba con miedo, pensando que era algo malo. Pero eso fue cambiando con el paso de los años y se empezó a hablar más sobre los beneficios de la marihuana con fines medicinales, y la responsabilidad para consumir de forma recreativa y personal", comenta Cogollo Larraín.
no al lucro
Donde pone mucho énfasis el ciudadano que reside en El Tabo, y que trabaja los fin de semana en el Paseo Bellamar de San Antonio, es en que esta nueva estructuración de la ley 20.000 puede ser usada por los grandes laboratorios como una forma de lucrar con los derivados de la marihuana.
"El medicamento que se llama Sativex, que es un derivado de la marihuana, tenía un precio muy alto para cualquier persona y era prácticamente inalcanzable, y eso es lo que esperamos no se vuelva costumbre. Que no se forme un lucro entre los laboratorios, los que muchas veces son financiado por los mismos políticos", se atreve a decir Cogollo, quien alcanzó tan nivel de popularidad y respeto que ha sido sondeado para ser candidato durante las próximas elecciones municipales.
"Pero no lo haría, a esta altura prefiero darle la mano a un carabinero que a un político, así que inmediatamente rechacé la propuesta para ser candidato por El Tabo", explica.
que no sea estatus
Lo que Cogollo Larraín no tolera es la luz artificial. Mucho menos los indoors que se venden como lavadora en una tienda del retail. Para que decir de las semillas automáticas con apellidos en inglés. "La planta es una sola, sin nombre ni apellido. En la naturaleza no existe la luz artificial, entonces el mercado de los "growshop" (tiendas donde se venden todos los artículos necesarios para plantar en interior) es otro negocio que lucra con el tema del autocultivo", comenta Cogollo, agregando que "algunos jóvenes están buscando un estatus plantando semillas de tal nombre o tal raza. Ese sentido de pertenencia no tiene que ser ocupado por la marihuana, que tiene otros fines". J
Para no caer en la tentación de plantar en interior, Cogollo Larraín aconseja esperar hasta la última semana de agosto para plantar una semilla de marihuana. Luego, aprovechando el clima costero que tiene el Litoral Central, el activo fumador de 48 años afirma que "con la vaguada costera no es necesario regar todos los días, con una o dos veces a la semana se pueden producir bien las plantas". Lo más importante, vuelve a recalcar, "es que tiene que ser todo con la luz del sol, eso es lo normal en la naturaleza".