Joven quisqueño trasplantado del corazón volvió a la vida
T ras esperar un donante de órgano para Carlos, durante más de dos años, la familia Bravo Benavente de El Quisco pasó grandes preocupaciones.
Carlos Bravo tenía 27 años cuando le diagnosticaron una insuficiencia cardiaca que lo mantenía al borde de la muerte: su corazón sólo funcionaba al 10%.
El 4 de julio de 2013 recibieron el diagnóstico. "Nos dijeron que Carlos necesitaba otro corazón inmediatamente o se podía morir", declara Radis Benavente, su madre.
De acuerdo al relato de esta madre, se enteraron de una operación que podía salvar su vida. Se trataba de una especie de corazón artificial, pero que costaba 120 millones de pesos.
Son una familia de esfuerzo, que gracias a la perseverancia han salido adelante y han logrado que dos de sus cuatro hijos sean profesionales, pero pensar en una cantidad de dinero así, era casi imposible.
Fundación Kaplan
"Milagrosamente llegamos a la Fundación del Doctor Kaplán, donde estaba la posibilidad de implantar esta máquina de forma gratuita", recuerda Radis.
En agosto de 2013 Carlos recibió el implante de un corazón artificial que lo mantuvo en perfectas condiciones de salud hasta diciembre pasado, cuando fue sometido a un nuevo trasplante, esta vez con un corazón natural.
"Esa maquinita realmente da vida y gracias a eso mi hijo está bien", aseguró Radis, quien agregó que hoy ya existen cinco de estos aparatos que la misma fundación entregó a pacientes de distintas partes de Chile.
En diciembre pasado, el joven quisqueño se transformó en el primer chileno con corazón artificial que logró reemplazarlo por un órgano natural. Hoy hace su vida con absoluta normalidad, dedicándose a elaborar chocolates, alfajores y pasteles artesanales para venderlos en El Quisco.
emprendimiento
Desde hoy y hasta el domingo, entre las 10.00 y las 20.30 horas, Carlos expondrá su trabajo en la Expo Emprendedores organizada por el Programa de Fomento Productivo de la municipalidad en la Plaza de Armas del balneario.
"Estoy muy orgullosa de los logros de Carlos, porque hace todo solo y muy minuciosamente, y veo que le gusta. Además es un trabajo que puede hacer en la casa, donde se mantiene tranquilo", declaró Radis Benavente, quien reconoce que su hijo está muy repuesto y que incluso subió de peso, pero que se cuida bastante y es muy riguroso con los medicamentos.
Hasta el momento no han sacado cuentas del emprendimiento, pero dicen que han invertido cerca de 300 mil pesos en la fabricación de los dulces y los chocolates. Ahora esperan que sus productos puedan hacerse conocidos durante este fin de semana para seguir con el emprendimiento.
"Es notable el trabajo de Carlos, por eso el municipio quiso también apoyarlo y destacar su emprendimiento en esta feria, donde además la gente podrá encontrar una gama muy variada de productos hechos por gente de El Quisco, como artesanía en cuero, lanas, gastronomía, decoración, madera, fierro y manualidades", destacó Marcela Muñoz, encargada del Programa de Fomento Productivo municipal. J
Una de las figuras clave en la recuperación de Carlos ha sido su madre, Radis Benavente, quien lo ha acompañado incansablemente en su tratamiento y recuperación.
"Se ha vuelto muy hogareño y es más hacendoso que yo, además cocina muy rico, así es que más que cuidarlo, encuentro que nos hacemos compañía", dice Radis.
Insistiendo en las cualidades culinarias y de repostería que tiene Carlos, la madre dice que son heredadas de su padre que se desempeña como pastelero en El Quisco. "Salió al papá, porque a mí se me queman hasta los queques".
El doctor Francisco Acevedo, director del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota, tras la cirugía realizada en diciembre de 2014, señaló que "es un gran orgullo dar a conocer esta proeza médica. Se trata del primer caso en Chile de un implantado con un aparato mecánico destinado a suplir su insuficiencia cardíaca, que logra reemplazar esa máquina por un corazón natural, sin duda, este es un hecho histórico".