Historias de la calle desde los ojos inocentes de los niños
Desde hace dos meses Diego Gutiérrez y su familia se reúnen todos los domingos, a las 20 horas, con el grupo de Pastoral de su colegio, el Fernández León. Preparan termos con té y café, unos sandwiches (lo más contundentes posible) y los van a compartir con personas que viven en la calle.
"Se piensa que uno sólo se va a encontrar gente drogadicta, alcohólica, pero no es así, porque hay gente que por otras circunstancias cae a la calle", explicó con madurez Diego.
"Voy porque me gusta que la gente esté feliz y que no esté tan sola en la calle. Si ellos están felices, yo siento alegría", contó con inocencia su hermana Marcela, que está en tercero básico.
Es precisamente esa inocencia la que les permite escuchar y, probablemente, sacar una sonrisa de aquellas personas con quienes van a compartir.
"Highlander, por ejemplo, es un caballero que tiene unas historias bien especiales porque ha estado en lugares a punto de morirse y se ha salvado de la muerte. Hace unos años hubo un incendio cerca de la clínica San Julián, él estaba en la casa que se quemó y se salvó . Cuando fue el terremoto de Dichato nos contó que él estaba allá", indica Diego con asombro en la voz.
"A mí me gustan esas historias porque son como cuentos con un final feliz. Siempre se termina salvando, como en los cuentos", agregó Marcela.
Serio
Después de eso, Diego se puso serio. "No toda la gente está en la calle solamente por el alcoholismo, también por otras cosas. Por ejemplo, un caballero tiene un hijo que está estudiando Medicina y él por una depresión, porque su esposa murió, cayó a la calle", dijo el alumno de séptimo básico.
"Este caballero nos contó que a él le gusta mucho caminar y una vez se fue desde la Viuda 10 a la Playa Grande de Cartagena", completó la pequeña Marcela, que quiere ser doctora cuando grande.
Diego explicó también que a veces la gente le cuenta que la falta de trabajo los lleva a quedar en situación de calle. "Hay un caballero ha viajado por todo Chile, y es carabinero retirado, al que le dicen ' y no ha podido encontrar trabajo. Entonces por eso está en la calle", señaló con simpleza.
Marcela explicó que también se ve mucha amistad en la calle. "Encontramos a una señora que se casó y después de eso terminó en la calle, en el alcoholismo y en la drogadicción, y un amigo la sacó de eso. A veces, cuando ella le dice que se siente mal y que quiere tomar, el amigo le dice que no y la va a buscar y la saca de ahí, la apoya", contó la pequeña.
"La primera vez que la vimos estaba rearmando su casa, porque se la habían tomado y tuvo que ir con carabineros a sacar a la gente que se la había tomado", completó su hermano.
director del colegio
Hubo una mujer que impactó especialmente a todo el grupo . "Hay una mamá a la que la justicia le va a quitar a sus hijos porque no tienen agua ni luz donde viven. Entonces escuchar a una madre decir eso, la verdad que es fuerte", contó Alejandro Palma Escanilla, director del Colegio Fernández León y uno de los impulsores de este grupo solidario.
Después de realizar el trayecto por los distintos lugares de San Antonio, el grupo termina su recorrido -a eso de las 11 de la noche- en la entrada de la Urgencia del Hospital Claudio Vicuña.
"A veces la gente está esperando a algún familiar o que la atiendan y llevan hartas horas, entonces conversar les hace bien", completó Diego con mucha confianza. J
Actualmente el grupo (20 personas) sale todas las tardes de los domingos a entregar alimentos a las personas que están en la calle.
Los integrantes son estudiantes de séptimo básico a cuarto medio, junto con sus padres y parte del equipo del colegio. Ellos saben que no son el único grupo que realiza esta actividad, "pero esperamos seguir aportando. Por eso mismo, si alguien quiere integrarse o apoyar con algo, se puede contactar con cualquier apoderado que está en el grupo o con el colegio y coordinamos todo", invitó Alan Hualas, profesor encargado del grupo.