"Todos saben quién violó a mi hija y no han hecho nada"
El 3 de julio pasado Gisela Cancino se enteró, mediante una llamada telefónica, que su pequeña hija, de 13 años, había sido violada salvajemente hace pocos días.
"La primera vez que abusó de ella fue en un sitio eriazo en Cartagena. Ahí este maldito le hizo sexo oral y después obligó a mi hija a realizárselo a él. La amenazó con que si contaba algo, iba a matar a sus hermanas y a mí, que soy su mamá", cuenta Gisela llorando de la impotencia.
A medida que esta devastada madre entrega más detalles, la escalofriante historia se vuelve aún más sórdida. Es por ello que para resguardar la identidad de la menor afectada, ficticiamente, la llamaremos Marcela.
cagá (sic)
"En esa primera vez mi hija fue a ver a su hermana a Cartagena. Estaban las dos y de repente llegó la pareja de mi hija mayor y mientras conversaban, el 'Luchín' le dijo a la Marcela que lo acompañara a hacer una diligencia. Ella le respondió que no, pero él siguió insistiéndole y ella le volvía a decir que no. Hasta que en un momento, la tomó del brazo, fuertemente, y la obligó a que lo acompañara y bueno... ya sabes lo que ocurrió", recuerda.
En la segunda ocasión, el sujeto llegó hasta la casa de Marcela, en Llolleo alto. Según la madre, bajo amenazas se la llevó hasta el Cristo del Maipo, donde habría cometido un nuevo vejamen contra la menor.
"Él le hizo un Facebook a mi hija, porque sabía que yo le tenía prohibido esa tontera. También sabía que yo le prestaba mi celular para que ella escuchara música. Le hizo este perfil para estar en contacto con ella y le tenía prohibido que aceptara a amigos y esas cosas. Solo era para comunicarse entre ambos", relata.
De esta forma, denuncia Gisela, "Luchín, el Rápido" habría concretado una nueva cita con la menor, pero antes "la había amenazado nuevamente con agredir a su familia si es que no aceptaba salir con él".
"La pasó a buscar a la casa mientras yo no estaba. Yo había ido a comprar. Se la llevó al Cristo y allí la violó salvajemente", cuenta la madre entre lágrimas.
EL LLAMADO
Gisela se encontraba en su casa el pasado 3 de julio cuando recibió un llamado de su madre. Ella le explicó que quería conversar.
'lindo el condoro que se mandó tu cagá (sic) de hija. Se está acostando con mi esposo'
Luego de esto Gisela fue a buscar a Marcela al establecimiento educacional en el cual estudia. Allí la encaró y le pidió que dijera la verdad.
"Me dijo que la había violado y que si contaba algo las iba a agarrar con sus hermanos y conmigo", recuerda.
Tras esta impactante confesión, Gisela se dirigió hasta la Policía de Investigaciones para estampar una denuncia contra L.F.C.T. Además la fiscalía solicitó al Servicio Médico Legal un examen sexológico a la menor. "El médico legista se me acercó y me dijo que a la niña le hicieron de todo", asegura Gisela.
"Cuando el esposo de mi hija se enteró que yo fui a poner la denuncia, me llamó a mi celular. Yo justo estaba con la PDI y puse el altavoz y me dice que fue una 'volada' y que no iba a volver a ocurrir, que lo perdonara", detalla.
El enojo de Gisela y toda su familia comenzó a surgir en la audiencia de formalización.
'y cómo les fue'
El fiscal jefe, José Subiabre, explicó que efectivamente "el fiscal Mansilla no se presentó, porque tenía otra audiencia. A veces la gente no lo sabe, pero somos solamente siete fiscales y tenemos que realizar muchas tareas".
"Con respecto al sujeto, tiene una orden de detención y estamos a la espera que sea tomado detenido por las policías", detalla.
Gisela cree que "acá hay algo raro, porque nadie hace algo. Todos saben quién violó a mi hija y no han hecho nada. La misma PDI escuchó cuando este maldito dijo que había sido 'una volada'. Lo único que pido es justicia para mi hija". J