Paulo Espinoza Carrasco tiene 22 años y el reciente viernes vivió uno de los hechos terroristas más sangrientos de los últimos años en Francia.
Este joven del sector de Barrancas contó a Diario El Líder que se encuentra hace dos años en París, donde estudia música en el Conservatoire d'Argenteui.
Hace algún tiempo vivía en la zona centro de la ciudad, sin embargo, por temas económicos se mudó a los suburbios de la capital gala, la que el pasado viernes sufrió una serie de atentados terroristas, que dejaron como saldo a más de 120 personas muertas y otras 250 lesionadas, entre ellas 80 en estado grave.
La masacre comenzó con disparos que realizó un grupo de extremistas yihadistas del Estado Islámico, como señalaron las autoridades galas.
Uno de los ataques más graves se desarrolló en la sala de conciertos Bataclán, donde varios terroristas con fusiles de asalto se tomaron el local. Se estima que al menos 100 personas murieron en este lugar.
Paulo cuenta que se encontraba con un grupo de amigos cuando ocurrió este lamentable hecho.
"Estábamos en un bar y no sabía lo que estaba pasando hasta que me empezaron a llamar mis familiares. Cuando llegué a la casa entendí todo lo que estaba pasando. Da mucha impotencia, no tengo nada más para describir. Da rabia ver tanta violencia injustificada y saber que lo mejor que se puede hacer es quedarse en casa y esperar", contó.
Este talentoso estudiante de música cuenta que el gobierno de Francois Holland decretó tres días de duelo nacional y se encuentra en estado de emergencia, situación que no ocurría desde la Segunda Guerra Mundial.
"No está funcionando nada acá. Todo está cerrado y nos pidieron que no salgamos de nuestras casas. Ha sido muy terrible, porque al principio nadie sabía lo que pasaba. Se escuchaban muchos disparos y la bombas que sonaban muy fuertes", dice refiriéndose a los artefactos explosivos que estallaron en el Estadio de Francia, en donde se disputaba un amistoso entre la selección local y Alemania.
"Un amigo estaba en el mismo Stade de France durante el partido y me decía que la gente tenía mucho miedo y había desinformación en general. Fue mucho caos al no saber qué sucedía", relató.
"Por suerte mi conservatorio queda cerca de mi casa y no me es problemático ir a clases. Pero tengo amigos que tienen que atravesar la ciudad en los trenes y tienen miedo de tener que hacerlo. Aunque por estos días está todo suspendido", culminó. J
Paulo Espinoza vive hace dos años en París, Francia, y contó a Diario El Líder que la ciudad "en general es tranquila. Hay ciertos barrios peligrosos, conocidos, pero la violencia no llega al nivel de todos los días en Latinoamérica". Además aclaró que los franceses "le temen harto a los extranjeros, sobre todo, a los árabes y africanos, entonces los barrios donde se concentran estos son los considerados peligrosos".