Atacan a adulto mayor con un fierrazo en la cabeza y le roban $4 millones
"Iba saliendo de la cocina y me pegaron un fierrazo en la cara. Me quise defender y respondí con un cabezazo. A mis 71 años estuve por quince minutos peleando con los ladrones". Ese es parte del relato de Luis Galaz, un contador jubilado que fue víctima de un brutal ataque dentro de su propia casa.
El hombre cuenta que un grupo de cinco "adictos a la pasta base me robó a menos $4 millones entre dinero en efectivo y joyas".
Asegura que todo era parte de un plan perfectamente ejecutado y que se apropiaron del resultado de meses, quizás años, de arduo trabajo.
adictos
La historia parte dos días antes del asalto en su residencia en las cercanías del Puente Arévalo el viernes 27 de noviembre. "Le arrendaba a una pareja joven, ambos con problemas de drogas, y de pronto se pusieron a discutir. Él la quería matar y me metí entremedio. No lo dejé y tuve que echarlos".
"Ella dejó unas cosas y preguntó si podía pasar a buscarlas el viernes. Ese día ya era muy tarde, incluso había olvidado que vendría, y llegó acompañada de otra joven. Les abrí la puerta y pasaron. Me dijeron que tenían hambre y si tenía algo para comer. No tenía nada más que unos panes y un vino", dice el hombre.
"Pobre gente. Ellos andan siempre con hambre, por eso del bajón supongo, y no tuvieron problemas en aceptar. Fui a la cocina e hice un sandwich. Se los entregué y cuando iba por el otro pan me pegan un tremendo golpe", recuerda.
"Mientras estaba preparando el pan, ellas había abierto la puerta para que el tipo (al que había expulsado de su casa días antes) entrara a pegarme".
"Me dio un fierrazo en plena cara y otro me hizo un corte en el ojo. Quedé muy mal e intenté defenderme como pude mientras los demás me robaban", describe con dolor.
"No podía dejar que entraran así como así, peso noventa kilos y tenía que hacerlos valer para resistirme, pero no pude. Al final, igual se llevaron toda la plata en efectivo que tenía. Era un millón ochocientos mil pesos", relata.
arrancaron
"Al otro día me tenía que ir temprano a Santiago. Con esa plata iba a empezar el proyecto de construir un sauna. Tenía todo eso en el velador", dice mostrando una carpeta con los documentos de su plan.
"Era mucha plata, de mucho trabajo. Con la pensión de ciento cuarenta lucas no alcanza para nada, yo sigo trabajando hasta el día de hoy precisamente por eso y ahora tengo la intención de hacer este negocio", agrega.
El jubilado piensa que los asaltantes -dos mujeres y tres hombres-, tenían todo calculado. Las jovencitas ingresaron primero para ver si él tenía compañía y así actuaron sobre seguro.
"Peleé lo que más pude, a pesar del golpe en la cabeza y de la diabetes que tengo. Estaban picados porque lo que había pasado días antes", estima.
"Por poco y me matan, pero ya no podía defenderme más. Se llevaron hasta unas joyas que habían sido de mi madre y una radio de auto. Imagino que todo eso terminará reducido para las drogas, y lo más triste es que fue gente que conozco, a pesar de todo había confiado en ellos", aseveró. J