Discapacitado caminará hasta La Moneda para exigir una prótesis
El dolor de Hernán Torres (58) es cada día más grande. Hace siete años está esperando una prótesis para su rodilla derecha, que le permitiría caminar tranquilo nuevamente.
El tiempo no ha pasado en vano y los doctores le aseguran que debería comenzar a desplazarse en una silla de ruedas, pero él insiste en volver a ponerse de pie. Por eso este viernes saldrá caminando rumbo a La Moneda, en Santiago, con la ayuda de sus dos muletas.
"Iré solo. Ya tengo todo planeado. Saldré a las diez de mañana del hospital de San Antonio y espero llegar en unos días a Santiago. La idea es entregarle una carta a la Presidenta Bachelet para que se entere de lo que tienen que sufrir personas como yo, esperando en el sistema público de salud", cuenta.
Torres padece hace siete años graves complicaciones en sus piernas, según él, por causa de un cáncer al que sobrevivió en el año 2000.
"El cartílago de la rodilla derecha fue el primero en desgastarse", explica mostrando un conjunto de radiografías que demostrarían su condición.
"Como nunca pude volver a caminar bien, luego empecé a tener problemas en la otra pierna. Ahora necesito prótesis para las dos rodillas, pero ni siquiera tengo para una", agrega.
"La otra solución, como siempre, es poder comprarla yo mismo y atenderme en el sistema privado, pero el valor de cada implemento es de al menos $3 millones y medio. Con la pensión que tengo no me alcanza para nada, es realmente una miseria", dice señalando un comprobante de una caja de compensación. "Ahí dice clarito que gano menos de dos lucas".
Sí, así es. El documento muestra que al menos en diciembre recibió una pensión de $1-360. ¿La razón? Fácil. Como la mayoría de los chilenos está tapado en deudas.
"En realidad mi pensión es de poco más de $160 mil, pero me queda en nada porque tomé ingenuamente un crédito. La idea era juntar al menos un millón de pesos para la prótesis, porque me dijeron que si me ponía con la mitad, el trámite sería más rápido, pero eso nunca pasó y tuve que gastar la plata en remedios", aclara mostrando ahora las recetas médicas.
sin rendirse
Para sumar más ingresos a su escuálida pensión Hernán se dedica a pintar letreros comerciales a lo largo de la provincia.
Con un bolso lleno de pinturas y pinceles ha recorrido todo el Litoral plasmando las letras que aprendió a hacer en la década de los setenta en la Brigada Ramona Parra, un colectivo de muralistas del Partido Comunista que lleva su nombre en honor a una militante asesinada en una protesta en 1946.
"No me queda otra alternativa, tengo que seguir luchando por mi vida antes de morir sentado en una silla de ruedas. Los doctores ya me dijeron que ya debería estar en una, pero en ese caso no tengo cómo trabajar. No me puedo rendir". J