San Antonio Unido estaba reñido con el triunfo. Pasaron largos 49 días para que el equipo lila volviera a las celebraciones y en los rostros de los jugadores y la hinchada reaparecieran las sonrisas. Entremedio de este oscuro periodo se fue Jorge Miranda, llegó al banco Jorge García y el equipo sufrió dos dolorosas derrotas con Valdivia en casa (3-1) y ante Trasandino en Los Andes (4-1).
El sábado Jorge García consiguió su primera victoria al mando de la escuadra de la comuna puerto. Fue en el "Clásico del Maipo", con un 2-1 sobre Deportes Melipilla.
En el retorno a los triunfos las responsabilidades fueron compartidas. Los jugadores son los actores principales, pero el DT influyó en gran medida. Aprovechó el momento justo para hacer cambios: sacó a 7 jugadores de la oncena, por distintas razones, como expulsiones, lesiones y principalmente bajos rendimientos, y luego aplicó un nuevo orden táctico, una nueva forma de parar el equipo. Y al "Chicho" le resultó.
El triunfo sobre Melipilla tuvo 5 claves.
Orden defensivo
Fue la principal novedad para el choque por la decimoctava fecha de la Segunda. Jorge García dispuso una línea de tres defensas, con Nelson Vera como líbero y los stoppers Víctor González y Eduardo Arriola.
Con esto el SAU ganó orden y pudo contener a Matías García, el referente de área del "Potro".
Con una zaga dedicada exclusivamente a defender y no alternando con la proyección de los laterales, el fondo nunca quedó mano a mano, porque el nacido en Cabildo siempre estaba atento a neutralizar un ataque. Cuando el SAU cambió a 4 en el fondo, jugó muy en línea y así cayó el gol de la visita. Nadie intuyó la aparición de García.
Con un hombre libre se evitó que el arquero Rodrigo Paillaqueo quedara frente a frente con los atacantes del "Potro".
Reconversión rápida
En el fútbol moderno los entrenadores quieren que sus jugadores pasen de la defensa al ataque con velocidad.
Pep Guardiola, uno que sabe de estas cosas, dice que si sus futbolistas no corren todo el partido el sistema no funciona.
El sábado, eminentemente en el primer tiempo, el SAU mostró esa faceta en el juego.
El mejor ejemplo fue el despliegue del "Cazuela" Aravena. El defensor formado en Colo Colo fue un lateral volante, pero cuando Melipilla intentaba algún ataque bajaba rápidamente para unirse a la línea de tres. Cuando los lilas recuperaban, avanzaba metros y se transformaba en un atacante más.
Por el otro lado, el "Chuzo" Arancibia hizo algo parecido, pero con menor colaboración en el fondo.
Cuando el equipo se mostró entero físicamente resultó, pero en el complemento bajó la intensidad y recurrió más al traslado del balón.
Superioridad numérica
En los últimos partidos San Antonio Unido careció de ocasiones de gol, porque el equipo simplemente no llegaba al área contraria.
No tenía sorpresa, ni aceleración en los metros finales ni un pase filtrado o un desborde que llevara peligro al arco rival.
Jorge García encontró la solución en sus laterales volantes. Arancibia y Aravena formaron parejas con los punteros. El "Chuzo" se juntaba con Lucas Triviño y el "Cazuela" con Ignacio Pinilla. Así, siempre había una opción de pase, para hacer el 1-2, llegar a línea de fondo y centrar, o intentar la diagonal.
Cuando la jugada terminaba en un centro, aparte de los dos delanteros que venían por el medio y la punta, se sumaba Nahuel Donadell y hasta Jaime Lobos como opción para intentar el remate.
Balones detenidos
En Los Andes el segundo gol de Trasandino fue de Claudio Muñoz. Córner para el local, el lateral se elevó sin marca en el área y clavó el balón en la portería de Rodrigo Paillaqueo.
Fue un problema sin solución en las jornadas pasadas. El sábado el SAU mostró más aplicación en esta faceta del juego, tanto a la hora de atacar, como de defender.
De hecho los dos goles lilas se gestaron a través de este expediente. El primero de un córner servido por Ignacio Pinilla que conectó Lucas Triviño. Y el segundo de un tiro libre de Nahuel Donadell que impactó con el empeine el líbero Nelson Vera.
En defensa, a pesar de todas las pantallas que intentó Melipilla para dejar libre a Matías García o a algunos de los defensores que subían en estas acciones, el SAU respondió bien, excepto en el cabezazo de Pablo Acosta, en los 67', que se estrelló en el horizontal. Era el empate de la visita.
Factor anímico
San Antonio venía golpeado tras los 5 partidos sin ganar. En Los Andes se registraron varias discusiones en el camarín tras la goleada, pero el lunes los jugadores se juntaron y conversaron.
Rodrigo Paillaqueo asumió el liderazgo del grupo. El meta le propuso una reflexión a sus compañeros y les hizo ver que eran unos privilegiados por jugar en el fútbol profesional. Los llamó a luchar.