A los 84 años falleció esposa del diácono Mario Silva
Corrían los primeros años del gobierno militar y San Antonio, al igual que el resto del país, vivía tiempos difíciles desde el punto de vista económico. En el puerto el desempleo estaba disparado y muchas familias ni siquiera tenían para comer.
Mario Silva era diácono de la comunidad cristiana de la popular población Juan Aspeé. Junto a su esposa, Raquel María Dini Ramírez, formó un comedor comunitario donde ofrecían almuerzo gratuito a más de 200 niños y adultos de escasos recursos del barrio, en aquellos años marcado por la pobreza y otros males como la delincuencia.
"Mi mamá se levantaba todos los días a las 6 de la mañana con el fin de ir a buscar verduras a la feria para preparar el almuerzo para la gente pobre de la población Juan Aspeé. Ahí también tenían un policlínico para atender a la comunidad", recuerda Maritza Silva, la menor de los tres hijos del matrimonio.
Este es uno de los tantos recuerdos que tiene Maritza de su madre, quien falleció la noche del lunes, a los 84 años de edad. El deceso se produjo en su casa de la calle Sanfuentes, en Barrancas. Raquel Dini se encontraba postrada hace ocho meses tras sufrir un aneurisma abdominal. Un infarto al corazón se la llevó de este mundo, justo dos días antes de que su esposo cumpla cinco años de fallecido.
Según cuentan en la familia, en su juventud Raquel Dini hacía clases de catecismo en la parroquia Santa Luisa de Marillac y habría sido ella quien convenció a Mario Silva para que se convirtiera en diácono, labor que realizó durante 35 años en las comunidades de Juan Aspeé, Sagrado Corazón de Llolleo y La Campiña.
"Era una mujer que tenía un gran espíritu social y católico. Siempre trató de ayudar a los más desposeídos junto a mi padre", comenta Maritza.
Raquel Dini y Mario Silva estuvieron casados por 56 años, hasta el 23 de diciembre de 2010, cuando murió el querido diácono.
Mario Silva hijo también recordó otras facetas de su amada madre. "En la época de los 60 y los 70 mi mamá era muy hincha del SAU. Con mi papá iban en tren a La Calera, Los Andes y al sur para apoyar el equipo. Además, le encantaba recitar. A pesar de su alzheimer, tenía la capacidad para recordar algunos versos".
Los restos de la mujer están siendo velados en uno de los salones de la funeraria Belén de la avenida Barros Luco. En ese mismo recinto, a las 15.30 horas de hoy, se oficiará una liturgia para orar por su eterno descanso. Posteriormente, será trasladada al cementerio Parque del Sendero, donde se volverá a encontrar, después de cinco años, con su querido esposo. J