El Payaso Frescolín: 20 años de risas en las micros del litoral
Un estallido de risa se escucha cuando Jesús Ferrada (40), más conocido como el "Payaso Frescolín", ofrece el pasamano de moda mientras pega un sopapo en el techo de la micro.
Vivió en Cartagena, pero en el 2009 el amor lo llevó a formar una familia en Santiago. Allá tuvo a su pequeña hija, que hoy tiene tres años.
Y aunque usted no lo crea, Jesús trabaja todo el año como payaso arriba de las micros del Transantiago y cada verano se viene a la costa para laborar después del mediodía en las máquinas que recorren el Litoral Central.
"Frescolín" también aprovecha de veranear. "Estoy en la casa de un primo en San Sebastián", cuenta con una amplia sonrisa.
Son 20 años, la mitad de su vida, los que ha dedicado a hacer reír a carcajadas a los pasajeros que van desde San Antonio a Cartagena y viceversa.
Su rutina consiste básicamente en interactuar con la gente. "Hablo de la droga y la pasta base para que los niños no consuman", menciona Ferrada.
Claramente, si usted va en la micro con "Frescolín" reirá hasta las lágrimas. Pero no se confíe, porque si usted tiene una característica personal que llame la atención del payaso, se tendrá que prestar para el chiste.
La gente se muere de la risa, y cuando acaba el show es la hora de ponerse la mano en el bolsillo. En un día normal logra recaudar entre $1.500 y $2.000 por vuelta.
Pasa por el pasillo de la micro recolectando la cooperación. "La gente se pone las pilas y me pasa platita", cuenta alegre. Pero no en todos lados es así. "Frescolín" compara y dice que "la gente de San Antonio es otra cosa. En Santiago andan todos estresado", señala.
Y aunque no le va siempre bien con la colaboración de los pasajeros, Ferrada tiene una historia que es digna de contar. "Un día me subí a una micro grande y me hice $12.000 en una sola vuelta", recuerda orgulloso con una sonrisa de oreja a oreja. Pero también hay jornadas malas. "Un día gané $500 en una vuelta".
El verano recién comienza y "Frescolín" espera con ansias que llegue el 15 de enero. "Está malo pero después de la quincena se arregla. El viernes y sábado estará bueno".
Después de que pase el boom del verano en el litoral central, armará nuevamente sus maletas para volver junto a su mujer e hija a contar chiste a Santiago. J