El mundo de Rogelio Rojas, un auténtico personaje sanantonino
Lo primero que dice Rogelio Rojas Ojeda (67) al iniciar esta conversación es que todo el mundo lo conoce. Y en honor a la verdad, puedo asegurar que tiene toda la razón: mientras transcurre esta entrevista, más de una docena de personas se le acercaron para saludarlos. Es que Rogelio es un auténtico personaje en San Antonio.
¿Usted es más conocido que el alcalde?, le pregunto medio en serio, medio en broma. "Lo que pasa es que yo he tenido muchos trabajos, por lo mismo harta gente me conoce. Imagínese que trabajo desde que tenía nueve años. Incluso con el alcalde Omar Vera somos bien amigos. Donde me ve, me saluda".
Este sanantonino siempre ha estado ligado al fútbol local y durante varios años se desempeñó como ayudante de utilero de San Antonio Unido, aunque su primer trabajo no tuvo nada que ver con la pelota.
"Yo era bien chico cuando un señor llegó al lugar donde estábamos jugando y nos preguntó si queríamos trabajar en un criadero de gallinas en Agua Buena", rememora.
"Me acuerdo que dejé la pelota ahí mismo y me fui a trabajar sin avisarle a nadie. Mi papá me buscó por todos lados durante varios meses porque nadie sabía nada de mí. Al final estuve cinco años en ese lugar alimentando a las gallinas, sacándole los huevos, entre otras cosas que hice y que aprendí", agrega.
"En mi casa se aburrieron de comer tanto huevo y pollo, así que al final mi papá vendía todas las cosas que me regalaban en mi trabajo. También trabajé limpiando el borde costero arriba de un bote, pero lo que más me ha gustado es estar cerca de San Antonio Unido y de Huracán", confiesa.
-¿Y cómo llegó a trabajar en el SAU?
-El "Negro" (Miguel) Díaz me llevó. Nosotros nos conocemos hace tiempo, además que siempre me ha gustado el fútbol. Durante nueve años me encargué de limpiarle los zapatos a los jugadores, a llevarles agua. Yo era ayudante del utilero. Fueron años bien bonitos a pesar de que llegaba de los primeros y me iba de los últimos.
Rogelio asegura que conoció varias ciudades de Chile en compañía del plantel lila y con mucho cariño recuerda la primera vez que salió de gira. "A Iquique sólo podía ir el utilero o su ayudante, así que hicimos un sorteo. De ese partido contra Iquique dependía que el SAU subiera a primera".
-¿Me imagino quién ganó?
-El que sacaba el número más alto iba al norte con el SAU. El utilero sacó el 4 y yo el 20 (ríe). ¡Pucha que estaba feliz! Nunca había viajado.
-¿Es cierto que casi se queda abajo?
-Es que con los nervios me confundí y me fui al estadio. Pasaban los minutos y el bus no llegaba a buscarme, y tampoco llegaban los jugadores. Me paseaba de un lado para otro, hasta que el "Chichilo", al mismo que el otro día le quemaron el auto, me llamó para decirme que estaban en la muni. Cuando llegué todos me molestaban porque me iba a quedar abajo.
A pesar de que han pasado varios años desde esa experiencia, este vecino de calle Los Halcones, en Llolleo alto, la recuerda como si fuera ayer. "Fue un viaje bien sacrificado porque me acuerdo que nos fuimos el lunes y llegamos un jueves, aunque el partido era el domingo".
"Esa era la única posibilidad que yo tenía para conocer otros lugares porque jamás me subiré a un avión. Me da mucho miedo. Con el SAU también estuve en Santiago y en Vicuña", agrega.
Recuerda que finalmente ese año el equipo sanantonino no logró subir a la serie de honor del fútbol profesional, pero de igual forma siguió apoyando a los lilas por todos lados. "Cuando uno es hincha de un club lo debe seguir en las buenas y en las malas".
¿Por qué ya no está en el SAU?
-Porque cuando llegó Musrri (Luis, ex DT del SAU), él venía con su gente y eso era entendible, pero igual iba a verlos practicar y a los partidos porque yo entro gratis al estadio y además me instalo al lado del camarín. Los cabros del Canal 2 me dicen que soy cábala y que me quede con ellos porque siempre que me quedaba con ellos, los cabros ganaban. Hasta el arquero que ahora está en La Serena..., pero no me acuerdo de su nombre (Claudio Santis), me decía que yo era cábala.
-¿Y usted se sentía como una cábala?
-Más que cábala me sentía querido. Al principio me costó, pero después todos me querían porque al final yo no le hago mal a nadie.
-Aparte del SAU ¿hay otro equipo del cual sea hincha?
-Sí, soy hincha número uno de Huracán. Ahora que estoy jubilado y que ya no estoy más en el SAU, paso gran parte del día en esa cancha.
-Y su familia, ¿qué dice de tu fanatismo por el fútbol?
-No tengo que dar muchas explicaciones porque no tengo hijos ni mujer. Ni celular tengo. Vivo con una hermana y una sobrina, pero como ellas trabajan todo el día, prefiero andar caminando que estar en mi casa encerrado.
-¿Jugó a la pelota alguna vez?
-Sí, jugué en varias partes de once, pero ahora por la edad ya no puedo.
-¿Le gusta caminar?
-Camino todo el día. Hasta el año pasado yo iba a Lo Vásquez caminando ida y vuelta a pagar una manda que le tenía a la Virgen por ocho años y lo hacía con chalas porque era más fresco, pero este otro año iré en bus porque es muy sacrificado a pesar de que no me demoro nada.
Mientras nos cuenta sobre sus viajes a Lo Vásquez, una persona se le acerca y lo saluda cariñosamente. "Hola Roge, ¿cómo estás?", le pregunta un señor.
-¿Lo conocen con algún apodo?
-Rogelio, Roge, Mono, aunque ese último apodo no me gusta mucho, pero sé que me lo dicen con mucho cariño.
Asegura que uno de sus grandes sueños sería ver al SAU en la primera división del fútbol nacional. Y aunque sabe que no es algo sencillo, de todas formas no pierde las esperanzas de cumplirlo antes de morir.
"El SAU me ha dado tantas alegrías y aunque ya no esté con ellos, igual le deseo lo mejor porque yo soy hincha del fútbol y de San Antonio, porque esta es la ciudad donde nací y fui criado, por lo tanto, uno siempre debe ser agradecido", afirma, y luego agrega: "uno debe ser agradecido. Yo todavía me acuerdo de mi viaje a Iquique, a pesar de que estuve a punto de quedarme abajo (ríe). Ojalá que antes de morir vea al SAU en primera división porque se lo merece". J