Los verdaderos creadores de los sueños y los carros del Carnaval
Los carros alegóricos de las murgas y comparsas son el secreto mejor guardado en San Antonio. Por eso, quienes trabajan armando estas verdaderas piezas de arte son elementos fundamentales y no siempre muy visibles en cada Carnaval.
Hoy, las comparsas de Cerro Arena y Villa Las Dunas quisieron contar algunas de las anécdotas y lazos que se crearon en todos estos años de historia.
En la Villa se disfruta
Eugenio Farías -don Queno como lo conoce todo el mundo- recibe a Diario El Líder a la entrada del Centro Comunitario de Villa Las Dunas. De ahí nos guía hacia el gimnasio del Instituto Comercial. Mientras, con orgullo nos explica cómo es el proceso en que surge la idea del carro alegórico.
Al llegar se ve la rampla con una mínima estructura, pero que sin embargo, ya tiene una forma clara. Hay cinco personas trabajando, "pero después llegan más, es muy temprano", contó Eduardo Mena, quien es uno de los históricos en la construcción del carro de Villa Las Dunas.
Eso sí, el líder del equipo es Patricio Malhue, aunque reconoce que estuvo alejado por tres años de la agrupación. "Se puede decir que crecí con las murgas, participo desde siempre, pero me tuve que operar del hombro y del brazo, así es que estuve alejado por un buen tiempo, porque no podía hacer mucho", explicó Patricio, mientras mostraba los planos y dibujos del carro alegórico de este año.
Eduardo Mena agrega que cuando Patricio pasaba por fuera del gimnasio donde se construía el carro, lo detenían para que les resolviera algunas dudas.
Los creadores de los carros de Villa Las Dunas reconocen ser como un Club de Toby, aunque aclaran que las mujeres siempre son bienvenidas. Pero cuando hay que hacer asados y pescados fritos está presente toda la familia.
"Nosotros no prometemos ganar, pero sí disfrutar. Eso es lo que queremos. Por eso compartimos. Además, en todas esas comidas y cosas así, salen las ideas. Por ejemplo, este año Patricio llegó con la imagen de lo que quería hacer, a nosotros nos gustó y en eso estamos ahora", señaló el Eduardo.
-(Todos se ríen) "Anécdotas hay hartas y todas se pueden contar", manifestó Patricio. "Una vez, cuando hicimos el dragón, estaba todo listo y era con unos generadores, pero estábamos a punto de salir y no nos funcionaba y después cuando pasamos frente al jurado, tampoco. Eso es terrible", explicó.
La alegría del Cerro
Al llegar a la plaza de Cerro Arena la alegría inunda la calle. Hay gente pintando, soldando y lijando instrumentos y, también, sentando las bases de lo que será el carro alegórico de la comparsa. Es precisamente este espíritu uno de los que más destaca el presidente de la agrupación, Manuel González.
Manuel Iglesias, uno de los miembros históricos de este "team carro", explica que a pesar de toda la alegría, que incluso se podría pasar por desorden, "cada uno tiene una misión bien clara. Tenemos un organigrama bien hecho y eso es porque en nuestra comparsa participan muchas personas, tenemos profesores de artes, matemáticas y una serie de personas que hacen que esto funcione bien".
Juan Carlos Rojas, otro de los padres del carro de Cerro Arena, dijo que "la mente maestra, el ingenioso que nos propone esto y que está todos los días con nosotros -aunque es adoptado y nosotros hemos tratado de echarlo del cerro ja, ja, ja- es Jaime Cornejo. Dependemos de él".
Al escuchar eso todos estallan (nuevamente) en carcajadas. "Es que vivo en Independencia y les traigo una propuesta bien específica, en un power point y con la idea completa", explicó Jaime.
"Nosotros tenemos hartas. Una vez a Miguel, el encargado de soldar, se le arrancó esa cuestión prendida y le cortó el ojo, pero acá no pagan gastos médicos", contó Juan Carlos mientras mostraba una pequeña herida en su dedo índice.
"Pero buenas hay hartas; por ejemplo, hay un tío que tiene una pierna ortopédica y cuando estábamos haciendo el barco pirata le pidieron que pasara una pierna derecha, pero se referían a esos postes de construcción. Este tío va y pasó la pierna de él, hasta con el calcetín", contó Manuel Iglesias, apenas aguantando la risa.
"Esa misma vez, cuando estaba paseando el barco pirata, llevábamos un Jack Sparrow en el timón. No nos dimos cuenta cuando bajó a saludar a la gente. Soltamos las velas y le cayeron todas encima, la gente que se dio cuenta se apretaba la guata riéndose", contó Jorge González, otro de los miembros del equipo de construcción del carro Cerro Arenas.
Los integrantes de este equipo contestan de inmediato. El honor, el orgullo y la amistad son varios conceptos que repiten, pero ahí Jaime Cornejo toma la palabra y se pone serio, "esto es una competencia, que cada vez está siendo más importante para San Antonio, donde no sólo se muestran las comparsas, también se ve el trabajo enorme que hay detrás de todo esto. Es el carnaval del verano y las autoridades tienen que tomarlo como eso, darle el lugar y ver que ya es algo que pasó de San Antonio, porque viene gente de todas partes", enfatizó Cornejo.
La sorpresa
Ambas comparsas coinciden en que lo primordial es sorprender al público, por eso destacan que el tiempo que el carro pasa es muy poco si se consideran todas las semanas y todo el talento con que se trabaja en él. "Se podría pasar dos veces o pasear al otro día por San Antonio, para que se luzca todo el trabajo y también se muestre más el carnaval", dijo Jaime Cornejo, de Cerro Arena.
"Nosotros nos hemos contactado con asociaciones de Brasil, por ejemplo y para el cisne que hicimos, nos mandaron correos para saber cómo hicimos las plumas (donde usamos como 45 mil bolsas plásticas, pegadas una por una por la gente de acá) y eso es porque lo que hacemos es bonito y con cada año nos hacemos más exigencias. Eso también implica más apoyo económico, porque nosotros ahora hacemos beneficios, pero igual es poco", dijo don Queno.
"Hace unas semanas el encargado de la pintura de nuestro carro, el Wally (Mauricio Astete), fue a un encuentro de graffiti a Brasil, porque su trabajo es bueno, entonces hay que mostrarlo más", completó Manuel Iglesias de Cerro Arena. J