Crónica
Morning Capo es el nombre de la nave que ayer recaló en el sitio 5 del concesionario Puerto Central. Grande e imponente, fue construida en el año 2013, en los astilleros de Hyundai Heavy Industries y tiene 199 metros de largo.
Proveniente desde el puerto de Ulsan, en Korea, este buque puede transportar más de 5.500 vehículos a bordo.
Durante su estadía en Puerto San Antonio, el Morning Capo ha sido atendido por la agencia Ian Taylor, empresa que espera recibir naves de la línea Eukor en el puerto tres o cuatro veces por mes durante este año.
El día en el muelle Espigón de Puerto Central es intenso. Más de 40 portuarios por turno, enfocados en una sola labor: coordinar y desembarcar la gran carga de vehículos que ha llegado en la motonave.
En las bodegas del gigante Morning Capo, divididas en trece cubiertas, en fila, están apilados y ordenados por tamaño y marca, los 4.551 automóviles y camionetas de todos los colores que atravesaron todo el Océano Pacífico antes de llegar a nuestro puerto. A su arribo, fueron recibidos por el práctico, que tuvo la misión de entrar con seguridad la nave a las aguas abrigadas y posicionar el buque en el sitio de atraque que le fue asignado.
En tierra, los trabajadores portuarios de Puerto Central los esperan. Son ellos quienes deben desembarcar los autos. Para una nave como el Morning Capo el trabajo puede durar 5 o 6 turnos (dos días completos).
La faena comienza con doce personas, quienes realizan la labor de destrinca, pues los autos vienen firmemente amarrados a cubierta.
Arriba del buque, un operario de la cuadrilla recorre toda la bodega midiendo con una máquina el nivel de monóxido de carbono que hay dentro. Esta labor es rigurosa y segura, pues este gas es imperceptible al olfato humano. Tres operarias realizan el trabajo de tarja, es decir, verifican el correcto estado de los vehículos antes de bajarlos.
Luego, 27 choferes bajarán uno a uno los autos de la nave para estacionarlos en el puerto. Cuatro trabajadores guían el tránsito en las bodegas de la nave, pues no es fácil coordinar la salida de cientos de autos. Por turno, se estima que se descargan mil vehículos.
El día termina, sin embargo, dentro del buque no se distingue si es de día o de noche, paredes blancas y el zumbido de los ventiladores invade de viento a hombres y mujeres portuarias que hoy tienen una sola misión: bajar la carga del Morning Capo, pues mañana (hoy), dejará Puerto Central para irse a otro destino.