Desalojaron a okupas que vivían en una antigua casona de Cartagena
A primera hora de ayer los carabineros pusieron fin al calvario de los vecinos.
Como Pedro por su casa andaban las 17 personas que hace más de tres meses ocuparon ilegalmente la Casa Castillo Díaz, una amplia y antigua propiedad que data de los tiempos de gloria de la comuna de Cartagena.
Los vecinos denunciaron que estaban hasta la coronilla con los ruidos molestos, las peleas y el consumo de alcohol y drogas al interior de la casona ubicada en la avenida Cartagena 501. Por eso se armaron de valor y, apoyados por la junta vecinal, solicitaron a las autoridades el pronto desalojo de los okupas. "No dejaban vivir en paz. El problema es que hacían show", dispara un residente.
A las 8.45 horas de ayer los carabineros se dirigieron a la residencia, que está a dos cuadras de la Segunda Comisaría de Cartagena con el fin de erradicar a los ocupantes. El procedimiento fue rápido y sin inconvenientes.
"Apenas llegaron los carabineros los otros (moradores de la vivienda) se levantaron y dejaron sus cosas tiradas. Yo no puedo hacer eso con las mías, así que las guardé para llevármelas", declaró Gabriela Sanhueza, quien junto a su pareja residía en el castillo hace varios meses.
-¿Por qué vivían en esta casona que no era suya?
-Con mi pareja no teníamos dónde quedarnos y empezamos a dormir acá.
-Los vecinos denuncian que hacían muchos escándalos...
-Entre ellos (los otros ocupantes) hacían escándalo. Yo igual me tomo mis tragos, pero no hago show.
Tras el desalojo, Gabriela y su pololo quedaron en la calle. "Me ofrezco junto a mi pareja para cuidar una casa si alguien lo necesita", dice buscando una alternativa habitacional.
Los vecinos, en tanto, están preocupados porque creen que la casa puede ser tomada nuevamente.
Casa castillo
A inicios del siglo XX, esta casona fue adquirida por Osvaldo Castillo, proveniente de unas de las familias más adineradas de Santiago.
La mansión sirvió de residencia de veraneo para la familia Castillo. Luego Carlota Díaz Sagrado transformó una de las habitaciones exteriores en oratorio, para ser utilizada en ceremonias litúrgicas por distintos párrocos de Cartagena.
17 okupas fueron desalojados de la Casa Castillo Díaz en avenida Cartagena.