Pilar Campos Carmona
Ayer, en el Paseo Bellamar, los fanáticos del ajedrez esperaban ansiosos que se iniciara el torneo realizado gracias a la municipalidad, la Empresa Portuaria San Antonio y la concesionaria Puerto Panul.
Leonardo Farías es el presidente del Club Paseo Bellamar y dijo sentirse alegre pues "se inscribieron más de ochenta personas y con ello se cumplieron las expectativas".
El alcalde Omar Vera observaba con detención a los jugadores. "Es muy interesante que la gente de San Antonio, especialmente jóvenes, participen en este encuentro de ajedrez", dijo el edil.
Vera confesó porqué no participó del evento. "Yo sé jugar pero lo hago sólo por entretención, y no para competir", apuntó.
El maestro del ajedrez
Héctor Ojeda nació en San Antonio, pero cuando decidió entrar a la educación superior se fue a Santiago y ahí formó su familia.
Cada vez que puede, viaja a su querida ciudad natal para visitar a sus familiares. Este fin de semana no fue la excepción, pero además aprovechó de relajarse en el torneo de ajedrez del Paseo Bellamar.
Cuando Héctor era un niño, luego de salir del colegio, bajaba por la calle 21 de Mayo para jugar ajedrez. "Yo jugaba con los pescadores y artesanos. Luego lo hacía en los torneos escolares, y me empecé a desarrollar más como ajedrecista", afirmó.
Como buen principiante, en el comienzo, Ojeda dejaba mucho que desear. "Al principio no era muy bueno. Era ahí no más", asumió.
En el colegio competía con los ganadores provinciales. "La idea era ganarles", admitió.
En Santiago se perfeccionó, ya que jugaba con personas que tenían experiencia en competencias internacionales. "Cuando uno juega a nivel competitivo se entrena harto, y se estudia bastante para ir mejorando el nivel", recalcó.
Héctor señala orgulloso que sus hijos también comparten el mismo amor por el ajedrez. "Mis hijos me acompañaban a torneos. Primero se aburrían, pero ahora lo pasan muy bien. Mi hijo de 12 años es campeón, el primero en el ranking nacional y el tercero a nivel sudamericano".
Los ganadores recibieron premios por su destacada participación, aunque lo mejor es que el Paseo Bellamar, una vez más, fue un centro valioso de la entretención familiar.
2 horas jugaron los ochentas ajedrecistas que se presentaron en el Paseo Bellamar.