La contadora que se atrevió con el primer local de cupcake en San Antonio
Con la receta de su abuelita, Carmen Vergara cautiva a los golosos que se detienen a comer estos exquisitos bocadillos en pleno centro de Llolleo.
Entre las cientos de historias de juventud que Carmen Vergara escribió en su diario de vida, descansa la receta de su querida abuela Carolina Díaz. Esa misma receta la acompaña hasta hoy en su cocina y, seguramente, debe ser su mayor tesoro gastronómico.
Carmen perdió a su padre cuando era apenas una niña de 11 años. Desde ese momento su abuela materna asumió su cuidado para que su madre trabajara y mantuviera a la familia.
Una de sus pasiones era observar a su abuela cuando cocinaba. Huevos, harina, leche y mantequilla eran algunos de los ingredientes que usaba para elaborar su tradicional queque, que dejaba a todos con la guatita llena y el corazón contento.
"Cuando me casé, hice mi propio recetario y esa fue la primera receta que puse en el cuaderno", recuerda.
El talento para la repostería lo llevaba en su ADN. Y así lo demostraba en público para cada cumpleaños de sus hijos. Todos quedaban asombrados con sus deliciosos queques.
"Al principio a los pastelitos les puse glasé (capa azucarada) encima para decorarlos y también porque a los niños les encanta. Jamás dejaré de hacer de ese tipo", indica.
Pastelero a sus pasteles
Desde el año pasado la idea de poner un local de cupcake (pequeña porción de torta para una persona, que se hornea en un molde para queques) estaba rondando por su cabeza.
"Todos me decían que lo que preparaba era rico. Entonces estaba entre buscar un trabajo o hacer algo que me gustara. Y lo que realmente me gusta es cocinar y hacer cosas ricas", confiesa.
-¿Dónde empezó a vender sus productos?
- Empecé a ofrecerlos en el colegio de mi hija, porque los papás pueden llevar cosas para vender una vez a la semana. Funcionó bien, porque a todos les gustaban y comenzaron a hacer pedidos para los cumpleaños.
Cuando Carmen comentó que quería poner un negocio, no a todos les gustó la idea, y tuvo que hacer oídos sordos a las críticas. "Todo el mundo me decía que no me iba dar para instalar un local".
Ella insistía en que su emprendimiento sí daría resultados. Y así, en noviembre pasado comenzó a buscar un local para su nuevo negocio. "Necesitaba un lugar chiquitito para partir. Cuando lo encontré, me lancé altiro", recuerda.
La cuna del cupcake
En el 2005 en Estados Unidos Candace Nelson fundó el primer negocio especialistas en cupcake llamado "Sprinkles". Desde ese momento, este pequeño bocadillo ha causado furor y se ha trasformado en parte de los alimentos preferidos no sólo de los estadounidenses, sino también de los chilenos.
Entre los locales de repostería más famosos de EE.UU. están el "Carlos Bake Show", más conocido por el programa de televisión "Cake Boss", y el "Sprinkles". Por eso cuando Carmen tuvo la posibilidad de viajar a Norteamérica no dudó en pasar por estos lugares.
"El año pasado fui a ver a mi hermana mayor que vive hace más de 20 años en Los Ángeles, Estados Unidos. Ahí le conté que quería formar un negocio de cupcake y me acompañó a algunos locales. Pasé al local de Buddy Valastro en Las Vegas y al 'Sprinkles'".
-¿Qué le llamó la atención de estos lugares?
- Lo que más me llamó la atención es que los cupcakes no estaban rellenos. El año pasado yo los hacía así, pero a la gente de acá le gusta que tengan algo adentro o, si no, dicen que es sólo un queque.
-¿Eran ricos los cupcakes de esos locales de Estados Unidos?
- En los de Buddy eran ricos, pero se notaban que eran a granel. En "Sprinkles" los cupcake no tenían mucha decoración, pero tenían una crema exquisita.
-¿Y los precios cómo andaban?
-Un cupcake allá sale 2.500 pesos chilenos en promedio. Es mucho más caro allá.
Con esta bella experiencia, Carmen decidió definitivamente lo que quería hacer en su vida. "Me gustó mucho lo que vi en esos lugares. Nadie creyó que se iban a vender en San Antonio, pero la gente los prefiere porque son algo rico y diferente".
Amor mechón
Carmen nació y creció en la austral ciudad de Punta Arenas. Cuando ingresó a la universidad para estudiar Auditoría conoció al amor de su vida en la fiesta mechona.
"Gonzalo era de Santiago y fue al sur a estudiar Ingeniería Química. Entonces en la fiesta de bienvenida tenían que contar chistes para elegir al rey feo. Ahí ganó él", recuerda sonriente.
Ambos salieron reyes mechones y comenzaron a pololear a la semana de conocerse. Luego de un tiempo decidieron casarse y formar una familia.
Apenas terminaron sus carreras viajaron a la capital buscando nuevas y mejores oportunidades.
"Él nunca quiso quedarse en Punta Arenas. Después de estar un año trabajando en Santiago, a él lo trasladaron a San Antonio, pero yo tenía un empleo estable, así que tuve que viajar durante cinco años todos los días a Santiago", explica.
Aunque Carmen ya llevaba años durmiendo en San Antonio, no conocía la ciudad. "Yo me iba a trabajar y llegaba a dormir. Entonces cuando dejé de trabajar comencé a llevar a los niños al colegio y ahí me di cuenta que no conocía las calles. Ahora llevamos 19 años viviendo acá".
Como muchas mujeres trabajadoras, ella sentía un sentimiento de tristeza por no poder ver a sus hijos crecer y acompañarlos a cada segundo. "Dejé mi vida como contadora cuando tuve a mi hija menor para dedicarme por completo a la crianza. No sé si uno los cría o los malcría, pero al menos estoy con ellos", agrega feliz.
Cupcake Tasty
Con mucha emoción y esperanza, Carmen abrió su local "Cupcake Tasty" el 18 de diciembre pasado, en avenida Francia 369, en plena plaza de Llolleo.
"De a poco me estoy haciendo la clientela. Los estudiantes vienen en grupos y juntan la plata para comprar. Les encantan".
Además, en el lugar se ofrece té y café para acompañar al pastelillo. "Tenemos cupcake de chocolate, frutilla, menta y varios más. La mayoría está relleno porque o si no lo encuentran fome", señala.
Carmen fabrica de forma casera cada uno de sus productos. Su hija Saba es quien los prueba y les da el visto bueno.
Pero nada de esto habría sido posible sin la ayuda de su querida abuelita Carolina, que murió a los 100 años de edad.
"Mi abuelita era igual que yo. No le gustaba planchar ni limpiar, pero le encantaba hacer galletas y queques. Yo con mis hermanos disfrutábamos mucho estando con ella. Nos comíamos todo", rememora riendo.
Para disfrutar de estos sabrosos pastelillos puede visitar su local o hacer un pedido por la página de facebook "Cupcake Tasty" o al número 92280971.