Ex "niño problema" lanza proyecto para ayudar a peques con hiperactividad
A los cuatro años de edad, Ricardo Hernández fue diagnosticado con déficit atencional y ahora quiere ayudar a quienes sufren este tipo de trastorno. Su caso sirve como ejemplo de superación. El déficit atencional afecta al 10% de los niños en Chile e implica diversas alteraciones funcionales del sistema nervioso central.
Si su hijo es inquieto, corre y salta en situaciones inapropiadas, tiene dificultad para seguir instrucciones y se distrae con facilidad, es muy probable que padezca hiperactividad como Ricardo Hernández (25).
Ricardo sólo tenía cuatro años cuando su condición fue diagnosticada por un médico. "Yo era de esos niños que andaba hiperactivo en la sala. Los profes me decían que me sentara y no les hacía caso. Andaba por todos lados, todos me conocían. Hasta fui presidente de curso por mi personalidad".
-¿Qué es la hiperactividad?
-Es un síndrome conductual con bases neurobiológicas, no es que el niño sea intranquilo o impulsivo porque sí. Además, el niño tiene gran dificultad o incapacidad para prestar atención y concentrarse en cualquier cosa, no sólo en clases.
Los padres de Ricardo trataron de manera oportuna su hiperactividad, así que desde muy pequeño debieron medicarlo y llevarlo a terapias sicológicas para que bajara las revoluciones y pudiera concentrarse en clases.
"Me tenían que dar dos gotitas para que me tranquilizara. Pero un día los tenía a todos chatos, así que mi mamá me dio el doble. Me senté y me quedé toda la tarde ahí", recuerda.
El pequeño Ricardo por horas no movió ni un solo dedo, estaba completamente sosegado. Su madre se arrepintió tanto por haber doblado la dosis, que juró nunca más volverlo a hacer. "Le dio mucha pena verme así", agrega.
De sicólogo en sicólogo
La terapia también contemplaba la salud mental de Ricardo, ya que su mal comportamiento provocaba múltiples regaños que lo hacían sentir pésimo.
"Siempre me han mandado al sicólogo para que me pudieran entender, porque a estos niños nadie los entiende", confiesa.
Hace un tiempo el sanantonino se encontraba buscando unos papeles en su casa, cuando encontró un informe sicológico de hace diez años, que detallaba que Ricardo necesitaba que los profesores le hicieran evaluaciones escritas con pequeñas modificaciones, para que él se lograra concentrar y así responder los exámenes sin mayores problemas.
"Yo fui a ver varios sicólogos. Uno de ellos ya no sabía qué hacer conmigo y me mandó al siquiatra. Mi mamá no quiso que fuera porque no quería que me dieran remedios. Ahora voy al psicoanalista y me está ayudado a entender muchas cosas. Hay cosas de la infancia que repercuten en la adultez, aunque uno no lo crea", explica.
Él era uno de esos niños que repetían las cosas mil veces cuando estaba aburrido, colapsando a su familia. "Hasta ahora mi mamá me dice que nunca me entendió", cuenta con humor.
Quién más sufría con su forma de ser era su hermano mayor y su madre. "Leseaba mucho a mi hermano. Me despertaba en la noche y lo iba a molestar para que jugaramos, pero él no quería jugar tan tarde. Mi mamá trabajaba de noche en el hospital y en las tardes domía siesta. No la dejaba descansar porque hacía mucha bulla", recuerda.
San Antonio Unido
Ricardo entró a estudiar kinesiología el 2009 y el año pasado comenzó a realizar visitas médicas a domicilio para ayudar en los gastos de su casa.
"En enero pasado, atendí a un joven que tenía un desgarro. Finalmente supe que era del SAU, y luego de un mes me fui a presentar allá", recuerda.
Los administrativos del club deportivo le dieron el trabajo. Entre las labores que debía realizar con los jugadores estaban rehabilitar, tratar desgarros, contracturas, dolores musculares y prevenir a los futbolistas de futuras lesiones.
"El promedio de lesionados era de 10 y después de realizar las prevenciones bajó a 2", relata orgulloso.
Ricardo es fanático del fútbol, pero no conocía muy bien al club local. "Cuando entré a trabajar ahí, me gustó mucho el equipo. Aún escucho los partidos y veo por el diario lo que va ocurriendo con ellos", aclara.
Aunque la estadía de Ricardo por el SAU sólo duró cuatro meses, él asegura que su permanencia con los lilas "fue una linda experiencia".
Pro moviendo salud
Luego de su salida, tenía mucho tiempo para pensar. Así que un día se le metió entre ceja y ceja ayudar a los niños con hiperactividad y déficit atencional.
En proyecto que inició se llama "Pro Moviendo Salud", que busca entregar las herramientas necesarias a los padres, profesores y, sobre todo, a los niños.
"Un profesor me contaba que hay niños que necesitan un trato diferencial, pero que en muchos colegios subvencionados y particulares no tenían a una educadora diferencial que los asistiera", señala.
Ayudar a los niños es el objetivo principal de esta organización que consta de un equipo interdisciplinario encabezado por Ricardo (kinesiólogo) y que se compone por Roxana Galaz (sicopedagoga), Roberto Hernández Muñoz (sicólogo), Jorge Mella (profesor de educación física) y Alejandra Córdova (fonoaudiologa).
"Nosotros queremos ayudar a los mal llamados "niños problemas", que son niños con problemas", indica con énfasis.
Frustraciones
Muchos de los menores que padecen esta condición muestran graves trastornos del lenguaje y sociales.
"Ellos se aíslan y se llenan de frustraciones, porque ellos se ven como todo los niños y no comprenden por qué los retan por todo. Algunos no soportan la presión en las pruebas, cuando no pueden responder se frustran y rompen la hoja".
-¿En qué ayudaría un kinesiólogo y un profesor de Educación Física para los niños que tengan estas condiciones?
-Muchos me preguntan eso. En la kinesiología hay un sistema de trabajo que se llama "Brain Gym", que es una rutina de ejercicios de estimulación cognitiva relacionada con el aprendizaje de los niños. Por otro lado, queremos que los niños realicen un poco de actividad física para poder generar el ciclo de atención. Ese será nuestro enfoque con el profesor de educación física.
Las buenas intenciones de este grupo de jóvenes depende mucho de la acogida de los directores de los colegios de San Antonio, para iniciar con las terapias.
Ricardo recurrió al Instituto del Puerto para presentar su proyecto. "Al director le gustó la idea y comenzaremos el proceso de informar a los apoderados. Nosotros esperamos que los padres reciban las herramientas para ayudar a sus hijos ", cuenta con optimismo.
-¿Cómo trabajaría el equipo?
-Los niños con déficit atencional tienen un tiempo de trabajo de hasta 25 minutos. Entonces ahí entramos con el "Brain Gym", para que luego la sicopedagoga los atienda. Si tienen problemas de lenguaje lo atiende la fonoaudióloga y todos tendrán ayuda sicológica. El sicólogo es fundamental porque muchos niños tienen carencias afectivas.
El kinesiólogo aprovecha de agradecer la paciencia de sus padres Roberto Hernández y Mireya Muñoz. "Gracias por siempre luchar y buscar respuestas para comprenderme, porque ahora puedo ayudar a los demás".
Para recibir mayor información debe llamar al 90891737 o enviar un email a ricardoandres.hm@gmail.com.