Apreciaciones sobre Cartagena
Por Lalo Loyola
Es habitual observar en los escritos u otros medios audiovisuales del Municipio esto de "Cartagena está cambiando". No es por desconfiar, pero ¿hemos de creer que ahora sí la comuna estaría siendo diferente?
Si nos basamos en lo que señalan las autoridades para justificar esta frase, en realidad Cartagena ya hubiera cambiado durante las administraciones pasadas. O sea cambia, pero lo hace en la misma forma que lo hizo durante los períodos de Luis García y Osvaldo Cartagena. Es decir con más obras de alcantarillado, más calles pavimentadas, más arreglos del Estadio, más plazas con juegos, más cambios de luminarias. Todo lo cual es importante por cierto, pero reflejan en lo local las orientaciones que vienen desde la administración central del país y que uno las puede ver en todo lugar de nuestro Chile.
Pero así como sólo cambia en lo habitual, si hablamos de temas estructurales que puedan significar un vuelco en las condiciones que ha tenido la comuna por décadas, no se observan cambios. Por ejemplo, la falta de una política municipal respecto del emplazamiento irregular de viviendas en la comuna, así como de acciones para mejorar la deteriorada imagen externa que proyecta Cartagena. Con la casi inexistencia de inversiones privadas que puedan originar fuentes de trabajo, así como ingresos propios para las arcas municipales y poder aminorar la dependencia casi absoluta que tenemos del gobierno central.
Por la sensación de inseguridad permanente que debemos vivir, que obviamente es un tema país, pero con acciones u omisiones locales que aumentan el problema. Por la carencia de una política municipal para mejorar las condiciones del turismo, como sucede en el paseo de la Playa Grande que es un excelente adelanto, pero se ve opacado por el problema endémico de Cartagena que son estos personajes que deambulan entre este lugar y la Plaza, con el contingente de perros a su alrededor.
Mientras las autoridades se sientan satisfechas por seguir haciendo sólo las cosas que han hecho sus antecesores, eso de Cartagena está cambiando termina siendo una frase cliché como las que se han dado también en las administraciones pasadas.
EDUARDO FLORES