Con una masiva misa a la chilena despidieron a querido folclorista
Más de 500 personas asistieron al funeral de Eduardo Bustos (60), el funcionario de la Municipalidad de El Quisco que se suicidó el martes. Fue sepultado en El Totoral, localidad donde impulsó la fiesta de la Virgen de la Merced.
V erdaderamente lucía como una tradicional misa a la chilena, porque de funeral no tenía nada. Asistentes vestidos de huaso, un grupo folclórico y deudos a caballo rindieron ayer un emotivo homenaje a Eduardo Bustos Bruna (60) en su último adiós.
Esta particular despedida se realizó porque Bustos Bruna fue uno de los principales impulsores de la misa a la chilena que se celebra en la localidad de El Totoral. "Esto lo hacía feliz, por eso quisimos que fuera una misa con música, cuecas y bailes", expresó un amigo del occiso.
Al sepelio, que comenzó al mediodía de ayer afuera de la iglesia Nuestra Señora de La Merced, asistieron más de 500 personas. Entre ellas estaban los familiares de Eduardo Bustos, sus compañeros de trabajo del municipio de El Quisco, alumnos de la Escuela El Totoral y miembros de la agrupación folclórica que dirigía.
Sus cuatro hijos, Carlos, José Ignacio, Javiera y Felipe, encabezaron la ceremonia y agradecieron las infinitas muestras de cariño que han recibido desde que se conoció el deceso de su padre, quien fue encontrado la mañana del martes en su vivienda de Punta de Tralca. Se había suicidado.
El hijo mayor agradeció "a todos quienes han venido a despedirlo. En esta ocasión también agradezco a la alcaldesa, porque le dio la posibilidad de hacer lo que más le gustaba, armar chuchoca, pero profesionalmente", dijo refiriéndose a que su papá trabajaba en el municipio de El Quisco, donde entre otras funciones se encargaba de preparar la festividad de la Virgen de La Merced.
Varios personas manifestaron públicamente su sentir por el deceso de Eduardo Bustos. Desde la Agrupación Folclórica El Totoral, donde el fallecido era director y voz principal, pronunciaron emotivas palabras.
También tomó el micrófono el presidente de la junta de vecinos de El Totoral, quien le agradeció porque "gracias a su esfuerzo nuestra localidad se hizo reconocida a nivel nacional, porque él comenzó con la misa a la chilena, que hizo famosa hasta llevándonos a la televisión".
Quiso recordarlo también una alumna de la escuela que lleva el nombre del sector rural, quien fue parte de los talleres de música que Bustos Bruna impartía. "Nos enseñó grandes cosas", dijo.
Luego de la eucaristía, donde colocó la imagen de la Virgen de la Merced, se bailaron cuecas e invitaron a participar a la familia de fallecido folclorista, como una forma de recordarlo.
Luego el féretro con los restos de Eduardo Bustos Bruna fue llevado hasta el cementerio de El Totoral, pues dado el amor que el difunto tenía por esa localidad sus familiares decidieron que fuera sepultado ahí y no en Santiago, de donde era oriundo.
"Voy a agradecer a su familia por su corazón y bondad para dejarlo acá en El Totoral y por dejarnos despedirlo como él hubiese querido, a lo grande", dijo la alcaldesa de El Quisco Natalia Carrasco.
Folclorista
Según relataron los seres queridos de Eduardo Bustos, el artista arribó a El Quisco hace 18 años. Fue entonces cuando llegó hasta la localidad de El Totoral, conoció la iglesia y no se fue nunca más.
"Se interesó en la iglesia y comenzó a quedarse ahí, a hacer la misa a la chilena, a trabajar en esa localidad. Fue él quien descubrió que por ahí pasó Casimiro Marcó del Pont (gobernador de Chile en la época colonial) y quien comenzó a hacer esfuerzos para hacer la fiesta de la Virgen de la Merced", rememoró Macarena Berroeta, una de sus amigos.
Su amor por la música folclórica lo llevó a dictar talleres en escuelas y a realizar tributos a Violeta Parra, a quien admiraba.
Más tarde comenzó a desempeñarse en la Municipalidad de El Quisco, donde trabajó en el departamento de Cultura y más tarde fue el coordinador del departamento de Relaciones Públicas, cargo que ocupaba hasta su deceso.
El cuerpo de Eduardo Bustos fue sepultado en el cementerio de El Totoral, donde cientos de personas lo lloraron.
En ese lugar todos recordaron una frase que Bustos decía constantemente y que ayer tomó un gran sentido: "No vivas para que tu presencia se note, si no para que tu ausencia se sienta".