El día después del voraz incendio en la Villa Génesis: vecinos empiezan a ponerse de pie
Los afectados dejaron atrás la pena y a primera hora de ayer comenzaron a trabajar en la remoción de las cenizas de lo que hasta el martes eran sus casas.
Los vecinos de la Villa Génesis saben que la tragedia vivida ayer será muy difícil de olvidar. Pero a pesar de lo cuesta arriba que se les puso el camino una vez más, optaron por no echarse a morir. Decidieron secarse rápidamente las lágrimas, dejaron la tristeza atrás y apenas aparecieron los primeros rayos de luz, comenzaron a trabajar en la remoción de las cenizas de lo que hasta el martes eran sus viviendas.
En total trece personas resultaron damnificadas por el incendio, de las cuales ocho lo perdieron todo.
Noelia González (28) es de estas últimas. En cosa de segundos ella, su marido y su hijito de dos años vieron cómo el esfuerzo de tantos años se hacía humo.
"Yo estaba en clases cuando recibí el llamado de mi sobrina. Lo único que le entendí en medio de toda la bulla es que su casa se estaba quemando. Así que tomé mis cosas, y junto a otra sobrina nos vinimos a la casa para ver qué pasaba con mi hermana. Cuando llegué al campamento y vi mi casa toda quemada, casi me morí porque jamás pensé que yo era la afectada", relató ayer esta damnificada.
A diferencia del resto de sus vecinos, Noelia y su familia aún no pueden soñar con la entrega de su casa nueva en junio próximo, ya que ellos se encuentran en lista de espera, y mientras ésta no avance, no tienen posibilidades de concretar su anhelo. "Me da mucha pena pensar en lo que viene, más ahora que lo perdimos todo. En junio mis vecinos dejarán el campamento para empezar una nueva vida en sus casitas, pero si la lista de espera no corre, yo me quedaré en la calle con mi familia", comentó la joven con tristeza.
El peor llamado
A Yessenia Catalán (23) le faltaban muy pocos minutos para terminar su jornada laboral en la tienda La Polar cuando un llamado la dejó helada.
"Cuando me dijeron que mi casa se estaba quemando no podía pensar en nada y lo único que quería era llegar luego. Al principio no me dejaron salir del trabajo, pero ante la insistencia, mis jefes accedieron a darme permiso", contó la joven, quien agregó que "en mi casa partió el incendio, pero hasta ahora me pregunto qué pasó porque siempre que salía dejaba todo desenchufado".
La joven contó que minutos antes de que comenzara el siniestro, su marido había encendido el decodificador para ver una película y como una vecina lo llamó justo en ese momento, salió a conversar con ella.
"Mientras conversaba con la señora Violeta, mi marido vio que salía humo del dormitorio de nuestra casa. Él dice que en cosa de segundos ya estaba todo quemado y que no alcanzó a sacar nada. Nos quedamos con lo puesto al igual que mis vecinos afectados", afirmó Yessenia.
Ayuda
A pesar de la tremenda tragedia que están enfrentando, ayer el ánimo de los vecinos era de los mejores, principalmente porque tras conocerse la lamentable noticia del siniestro, una gran cantidad de personas se acercó hasta el campamento en Bellavista para brindarles ayuda, pero sobre todo palabras de cariño.
"Estamos súper agradecidos porque mucha gente se ha acercado a darnos ayuda, aunque lo mejor de todo ha sido la unidad que han demostrado los vecinos en estas últimas horas", explicó Violeta Gallardo, dirigenta de la Villa Génesis.
Hasta ahora las personas damnificadas han recibido gran cantidad de ayuda, mayoritariamente en ropa de vestir, pero ojo: lo que más necesitan los afectados es ropa interior y útiles de aseo. "Queremos agradecer la ayuda, pero queremos pedirles que, por favor, que no envíen más ropa, en especial de niñas, porque los tres niños que perdieron sus cosas son varones (uno de dos años y los otros dos de trece años)", explicó la dirigenta.
Johans Ortiz no quiere echarse a morir a pesar de perder todos sus enseres. "Mi casa se alcanzó a quemar muy poco, pero el agua terminó por destruir todo lo que tenía. Cuando ocurrió el incendio, yo andaba buscando a mi hijo en el colegio. Me acuerdo que me llamaron por teléfono, pero ni siquiera supe qué colectivo tomé y si le pagué al chofer".
"Cuando logré llegar a mi casa, los bomberos ya habían apagado el fuego, pero el agua al final destruyó todo lo que yo tenía: la lavadora, el refrigerador, camas, televisores, todo se echó a perder", añadió el afectado, mientras junto a otros vecinos sacaba parte del material que dejó el incendio.
Este joven reponedor de supermercado no piensa echarse a morir. Sabe que será muy difícil volver a ponerse de pie, pero no está dispuesto a bajar los brazos. "No saco nada con amargarme. Al final trato de echar la talla y ponerle el hombro porque sé que voy a salir de esto".
Dos casas resultaron completamente quemadas en el incendio mientras que una tercera resultó también dañada en su totalidad a raíz del agua. Una cuarta vivienda también quedó con daños considerables.
"De la muni nos dijeron que nos ayudarían con tres mediaguas. Dos serán para las familias que lo perdieron todo mientras que la tercera será para Johans, que también quedó sin nada. En tanto, el material que se pudo rescatar de la casa de mi vecino (Johans), lo utilizará mi cuarta vecina damnificada para reparar su casa", contó Violeta Gallardo.
Tras el incendio, los damnificados fueron acogidos en las casas de sus propios vecinos. "No dormimos nada, sobre todo porque a cada rato se nos venían a la cabeza las llamas, el humo; pero tras conversar toda la noche, llegamos a la conclusión de que no nos íbamos a echar a morir. Al final terminamos riéndonos y apenas amaneció ya estábamos listos para empezar esta nueva batalla", concluyó la dirigenta.
"Hasta ahora me pregunto qué pasó porque siempre que salía dejaba todo desenchufado".
Yessenia Catalán, damnificada.
"Estamos súper agradecidos porque mucha gente se ha acercado a darnos ayuda, aunque lo mejor de todo ha sido la unidad",
Violeta Gallardo, dirigenta.