El comercio local perdió a uno de sus emblemas: murió "Pepe" Bórquez
El dueño de las parrilladas "Don Pepe" dejó de existir en su casa de Llolleo, a los 88 años de edad.
El 13 de abril pasado José Bórquez Alvarado ofreció su última entrevista a Diario El Líder. En su círculo más cercano, algunos interpretan esta nota periodística como una suerte de despedida. En sus declaraciones, Don Pepe, como lo conocían sus más cercanos, repasó los momentos que marcaron su vida, como la muerte de dos de sus siete hijos, y finalizó la conversación con una frase que, tal vez, quiso dejar para la posteridad: "Tras estos 88 años me considero una persona completamente feliz. Gracias a Dios tengo una familia maravillosa. No le puedo pedir más a la vida".
José "Pepe" Bórquez se fue de este mundo a las 4.15 de la madrugada de ayer, en medio de la tranquilidad de su hogar de calle Manuel Cruzat, en Llolleo, donde estaba acompañado por una enfermera, su esposa Blanca Concha (85) y su nieto Claudio Bórquez.
Según cuentan en su familia, la salud de "Don Pepe" se comenzó a deteriorar a fines del año pasado, cuando le diagnosticaron un cáncer pulmonar. A pesar de la enfermedad, siguió haciendo una vida prácticamente normal e incluso trabajó hasta hace un par de semanas en la vidriería de uno de sus hijos en Llolleo. Pero la madrugada de ayer su corazón no resistió más.
"Mi papá nos enseñó a vivir con alegría, a ser justos y trabajadores. Más allá de su rol de padre, fue un gran amigo para todos sus hijos. A él le encantaba compartir con nosotros. Todas las semanas nos juntábamos a jugar póker en su casa. Para él la unión de la familia siempre fue muy importante", comentó José "Pepe" Bórquez, el primogénito del extinto comerciante y dueño del restaurant "D' Bórquez".
El hijo mayor recordó "el espíritu social, la vitalidad y la claridad mental" que tuvo su padre hasta su último respiro. "Siempre quiso vivir y era muy feliz viendo el fútbol. Era hincha de la Universidad de Chile y San Antonio Unido".
"un amigo"
Claudio Bórquez Hernández (25) era uno de sus nietos más cercanos. Tanto así que hace tres años lo invitó a formar parte de la Logia Masónica Pitágoras 49, grupo al que "Don Pepe" pertenecía hace largo tiempo.
"Primero fue mi abuelo, pero también mi padre, mi amigo y mi hermano después que ingresé a formar parte de la logia. Desde niño fui muy apegado a él. Gracias a él, soy hincha de la Universidad de Chile. Siempre nos juntábamos a ver los partidos", cuenta Claudio, quien confidencia que "en el último tiempo no le gustaba como estaba jugando el equipo. Quería que Beccacece se fuera".
El nieto destacó el legado de su amado abuelo. "Todo lo que soy (es egresado de Ingeniería en Control de Gestión) se lo debo a él. Me apoyó en los momentos más difíciles cuando estaba ingresando a la universidad. Y siempre me enseñó a valorar la importancia de la amistad. Él siempre apoyó y estuvo con sus amigos en los momentos complicados. Eso siempre me lo decía. Las parrilladas, de hecho, eran el lugar donde se juntaba con todos sus amigos, y yo tuve la oportunidad de compartir con muchos de ellos".
"Mi abuelo era una persona muy cariñosa, de mucha piel", finalizó Claudio.
"Mi papá nos enseñó a vivir con alegría, a ser justos y trabajadores",
José Bórquez hijo