"Este es el mejor Día de la Mamá porque mi hijo ya no me golpeará"
Tras el último episodio de violencia vivido por ella, el tribunal decretó la prisión preventiva para su hijo. Lorena confesó estar aburrida de los golpes, por eso decidió contar su verdad para que algún organismo pueda ayudarla.
Cuando Lorena Arenas se enteró que su hijo pasaría un tiempo en la cárcel a raíz de la última golpiza que le propinó, sintió una fuerte clavada en el pecho.
Asegura que jamás pensó que las cosas llegarían hasta este punto, pero el grado de violencia que su hijo estaba ejerciendo sobre ella durante estas últimas semanas, la llevó a tomar la decisión de denunciarlo a pesar de las innumerables promesas de su retoño, que según su versión, la amenazaba constantemente con quitarse la vida.
La mañana del sábado recién pasado, Lorena fue víctima de un nuevo episodio de violencia. Reconoce que ver a su hija de 10 años tratando de defenderla, la hizo darse cuenta del horror que estaba viviendo su familia por culpa de su silencio.
"En menos de 24 horas mi hijo ha sido detenido dos veces por pegarme, por eso el juez esta vez decidió dejarlo en prisión preventiva. Pero la verdad es que yo no puedo dejar de sentir culpa y pena por lo que está viviendo. He buscado muchas soluciones, pero él no quiere nada y se niega a recibir cualquier tipo de tratamiento", afirma Lorena.
"A tanto ha llegado la violencia de mi hijo que de un cabezazo me quebró la nariz. En otra ocasión me dio un golpe tan fuerte en la cara que me botó los dientes... Desde pequeño ha sido muy malo conmigo y nunca he sabido por qué siente tanto odio hacia mí, si yo nunca le hice nada. Jamás lo he golpeado; al contrario, siempre le di lo mejor y todo lo que quería... A veces creo que ese fue mi problema", agrega.
-¿Desde hace cuánto tiempo la golpea?
-Hace años, pero yo siempre lo perdoné. Después de golpearme se acercaba llorando para pedirme perdón y yo lo perdonaba. Él es mi hijo y yo no podía hacer otra cosa a pesar de que sabía que los golpes no terminarían.
Por mucho tiempo el joven de 30 años estuvo viviendo con su madre en la localidad de San Carlos, en la comuna de El Tabo, pero debido a las constantes agresiones Lorena tuvo que pedirle que se fuera del hogar.
"Se fue a la casa de mi mamá, pero al final también lo echaron porque estuvo a punto de pegarle a la pareja de ella. Después estuvo viviendo en el departamento de una amiga que lo acogió en Santiago, pero me lo tuve que traer porque, en uno de sus carretes con drogas y alcohol, agredió a su amiga y casi la mató.
-¿Siempre ha sido tan violento?
-Siempre. Cuando era chico la gente me decía que era malo, pero cómo yo iba a pensar algo así de mi hijo mayor, de mi todo. El siempre dice que es hijo de Satanás, incluso se tatuó el 666 en la espalda. A veces me llamaba a las 4 de la mañana diciéndome que se había cortado y que se iba a morir. Cuando llegaba a verlo me echaba de su casa con insultos y golpes y se reía. Eso lo hizo varias veces y en una ocasión Carabineros me salvó. Si no, me hubiera matado.
Cuando Hans tenía 16 años decidió irse a vivir con una pareja. "El me dijo que era gay y que se iría de la casa. La verdad es que nunca me opuse y lo dejé vivir en paz, pero un día en Santiago, decidí seguirlo. Esa noche recibí uno de los golpes más fuertes de mi vida porque lo descubrí prostituyéndose. Me acuerdo que cuando lo enfrenté esa noche me dijo que él hacía lo que quería. Esa imagen jamás la he podido sacar de mi cabeza porque mi hijo no tenía necesidades para hacer algo así. Con el pasar de los años, Hans fue perdiendo el respeto y fue así como se contagió con VIH. Nunca se ha tomado el tratamiento y cuando lo hace, lo mezcla con alcohol. El otro día se tomó 20 pastillas de una vez; él dice que se morirá igual y que no quiere ni una güeá y cuando le pido, por favor, que se cuide, amenaza con matarse. En la casa tengo todos los cuchillos escondidos porque hasta mi marido ha sido víctima de sus ataques.
-¿La culpa de su enfermedad?
-Sí. Desde que supo que estaba enfermo, la violencia contra mí ha ido en aumento. Todo el mundo me dice que no lo aguante más, que no es mi culpa y creo que es verdad. Yo hice todo lo posible para que él tuviera una buena vida, pero no sé qué pasó. Mis otros dos hijos pequeños son un pan de Dios y por ellos es que no me he quitado la vida. Mi hija me pidió que no la dejara sola y que era hora de preocuparme de mí porque yo me dejé estar.
Lorena decidió dar a conocer su testimonio para ver si la posibilidad de que algún organismo le brinde ayuda sicológica tras vivir años de violencia por parte de su hijo. "Ojalá alguien me ayude porque la pena y culpa me están matando. También sé que la cárcel era la única solución para terminar con la violencia, pero a pesar de eso no puedo evitar sentir pena, aunque creo que este será el mejor Día de la Mamá porque mi hijo ya no me golpeará".
"En una ocasión me dio un golpe tan fuerte en la cara que me botó los dientes"
Lorena Arenas
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