El arquitecto que se enamoró de los encantos de Cartagena
Desde pequeño Adolfo Aranda (51) veraneó en el Litoral Central. Entusiasmado con la zona decidió instalarse con su novedoso emprendimiento de hospedaje en el histórico Barrio Estación del tradicional balneario.
Cuando Adolfo Aranda (51) era un niño alucinaba con venir a veranear al Litoral Central, específicamente, al sector Santa Elisa de Cartagena.
En Santiago, junto a su familia armaba su maleta con todo lo necesario para poder disfrutar del sol, el mar y la arena por algunas semanas.
"Todos los veranos venía con mi familia a una cabaña. Paseábamos por la terraza, nos bañábamos y lo pasábamos muy bien", recuerda con alegría.
Adolfo creció y en su juventud seguía disfrutando de sus vacaciones, ahora con amigos, en el Litoral Central. "Veníamos en un grupo de seis a carretear. Íbamos a los lugares más conocidos de la zona".
Visitar Cartagena era "algo maravilloso" para él, ya que compartía mucho con su padre. Sin embargo, con el tiempo, Adolfo se dio cuenta que el balneario donde veraneaba en su infancia iba de mal en peor.
"Un día vine y vi que la terraza estaba descuidada por completo. Faltaban unos pilares, o sea, un niño podía meterse y caer al mar. Simplemente, ya ni se preocupaban de la vida de las personas", indica con evidente disgusto.
Durante los años posteriores, Adolfo estudió arquitectura, mochileó y conoció muchos países. "Viajé a Europa y a varias partes de Chile", comenta.
Pero, seguramente, mientras recorría el mundo no podía sacarse de su cabeza esa magia de Cartagena.
"Esta playa me recuerda mi infancia y a mi papá que falleció hace unos años. A él le gustaba mucho venir a acá", rememora con nostalgia.
De vuelta al Litoral
En 2012 Adolfo retornó al Litoral Central, y al llegar a Cartagena la encontró algo cambiada.
"Luego de muchos años vine a darme una vuelta y me gustó como estaba. Habían construido el Museo de Vicente Huidobro y pavimentado la terraza. Entonces, me di cuenta que se estaba reimpulsando la zona", relata con optimismo.
Adolfo analizó la situación y se convenció a sí mismo para realizar un emprendimiento en la comuna. "Hablé con mucha gente y con la municipalidad para revivir este sector turísticamente", dice en relación al barrio de la Estación de Trenes.
-¿Por qué decidió invertir en Cartagena?
-Quería hacer algo por este lugar que estaba en ruinas, porque cada vez que lo visitaba lo veía peor.
Potenciar el balneario constituía todo un desafío, pero más lo era idear un emprendimiento que fuera novedoso y rentable durante todo el año.
Patio Ferreiro B&B
Tras un largo proceso de reflexión, a Adolfo Aranda se le prendió la ampolleta. "Al viajar tanto me percaté de la necesidad de un hospedaje. Fui sacando ideas de los lugares que visité y nació esto".
Ya tenía claro que quería instalar un hospedaje en Cartagena, pero le faltaba el lugar perfecto para materializar su sueño.
"Busqué harto, hasta que encontré esta casa cerca del Castillo Ferreiro. Estaba abandonada, incluso se la habían tomado. Los dueños lo único que hacían era poner rejas para que no entraran porque ya les habían robado todo", comenta.
Cuando logró comprar la casa ubicada en avenida Bulnes 290, tuvo que rediseñarla para que la idea que tenía en su cabeza lograra concretarse a cabalidad.
"La ampliamos y nos dimos cuenta que estaba hecha con materiales reciclables porque las vigas que usaron eran mucho más antiguas de lo que era la casa".
Al realizar este hallazgo se sintió mucho más contento, pues su idea era hacer una casa rediseñada con materiales reciclados y sustentable.
Primeros visitantes
Entrar a Patio Ferreiro B&B (Bed and Breakfast, que en español se traduce como cama y desayuno) es toda una experiencia. La decoración vintage y el uso de tecnología sustentable para generar luz y agua caliente, crea un entorno familiar y amigable con el medio ambiente. Quizás, por eso, muchos de los turistas prefieren alojar en este lugar.
-¿Quiénes fueron sus primeros visitantes?
-Fueron una pareja de finlandeses. En Finlandia se imparte la mejor educación del mundo, es por eso que ellos tienen otra forma de pensar. Ellos se asombraron por el deterioro de la zona, pero yo les expliqué lo que sucedía.
-¿Qué le dijo a los extranjeros?
-Que lamentablemente la idiosincrasia del chileno era así, pero que yo estaba buscando revitalizar la zona para que volviera a ser lo que fue décadas atrás.
Adolfo traspasa a los turistas el amor que siente por Cartagena. "Ellos se van felices y desean que mejore".
Atención personalizada
En Patio Ferreiro se siente una tranquilidad indescriptible. Seguramente, la que anhelan los turistas. Además, su dueño se preocupa que se sientan cómodos y como "en su casa".
El arquitecto promociona su hospedaje a través de internet. Ahí su calificación destaca por ser una de las más altas.
Los viajeros señalan en sus comentarios que Adolfo es "un excelente anfitrión". Dicen que muy atento y que se da el tiempo en conversar con ellos. Por otro lado, todos hablan de un delicioso desayuno.
-¿Conversa mucho con los turistas?
-Les cuento un poco de historia y los lugares que pueden visitar. Cuando vuelven luego de pasear por la ciudad conversamos y compartimos experiencias.
-¿Qué tiene el desayuno que todos hablan él?
-Les hago un jugo de cítricos o de fruta de estación con semillas. Además, pan integral, palta, mantequilla y queso. Estos dos últimos son para quienes no son vegetarianos como nosotros. Es un desayuno saludable para que carguen energías y salgan a recorrer (ríe).
También es importante señalar que no ofrece bebidas de fantasía, ya que quiere entregar una buena y sana alimentación a sus comensales. Pero indica que "si alguien quiere tomar bebida la puede traer, pero no es la idea de nuestro alojamiento".
"Cartagenuino"
-¿Se considera un cartagenino de corazón a pesar de provenir de Santiago?
-Yo me considero "cartagenuino", porque no nací aquí pero me preocupo mucho de que la comuna mejore y se revitalice. Quizás, hay personas que han nacido y crecido acá, pero no se preocupan tanto de ella. A mí me encanta Cartagena.