Mónica Jorquera Escobar
En marzo de 2015 un joven de 19 años iba en el furgón de su papá junto a unos amigos. Cuando conducía desde la parte alta de Cartagena hacia la plaza de Armas un desconocido le "hizo dedo" y lo llevó.
Poco más allá carabineros detuvo el vehículo para hacer un control y el estudiante de Trabajo Social paró. Hasta ahí todo era normal. Sin embargo, el desconocido al que llevaba se bajó corriendo y arrancó.
Los policías corrieron tras él y al atraparlo le hallaron en una mochila una gran cantidad de pasta base. Lo arrestaron en el lugar y también a quien conducía el furgón, por ser el chofer donde se transportaba la droga.
"Mi hijo explicó de un principio que llevó a esa persona sólo por buena voluntad. Los amigos de mi hijo contaron lo mismo e incluso ese hombre también le dijo a Carabineros que lo habían llevado y que no conocía a mi hijo", explicó la madre de R.J.B., quien luego de lo ocurrido fue detenido por el delito de tráfico de droga y se fue preso por dos meses y medio.
El estudiante universitario cayó en prisión y, por lo mismo, perdió sus estudios. El 28 de marzo de 2015 fue recluido en la cárcel de San Antonio, provocando un cambio drástico en su vida y en la de toda su familia.
"Fue una pesadilla. Experimentar la detención y la prisión por 70 días de mi hijo es el sufrimiento más grande que he tenido en mi vida, más sabiendo que mi hijo era inocente (…). Sufrí una depresión muy fuerte de la cual aún no me he podido recuperar, estuve 4 días sin comer ni beber nada, cómo hacerlo sabiendo que mi hijo estaba en la cárcel", manifestó C.B., la mamá del acusado, quien prefirió mantener su nombre bajo resguardo porque "los comentarios de la gente, más en una comuna chica (Cartagena), perjudican enormemente".
R.J.B. estuvo en prisión preventiva por 70 días, mientras lo investigaban como autor de tráfico de drogas. "Tuvimos, como padres, que pasar por la humillación de ser revisados cada vez que lo íbamos a visitar. Veía a mi hijo desesperado y me pedía que lo sacara de ese lugar", expresó.
Luego de casi tres meses el Juzgado de Garantía permitió que R.J.B. estuviera en libertad mientras seguían investigándolo, esto, según explicó C.B, porque no había evidencias que justificaran que el imputado siguiera en prisión preventiva.
Pasó un año y se realizó el juicio oral en contra de R.J.B. y del hombre que le hizo dedo aquella vez en Cartagena. La terna de jueces determinó, por unanimidad, que el joven de hoy 20 años era inocente y por ello fue absuelto. El otro sujeto fue hallado culpable.
Junto con el ello, el Tribunal Oral en lo Penal determinó condenar al Ministerio Público al pago de las costas del juicio, decisión que se argumentó así: "el acusador (Fiscalía) no allegó ningún antecedente formal a la causa que permitiese ligar la participación (…) de este encartado (R.J.B.) con el traslado de la droga y, peor incluso, existiendo numerosos testigos que de manera conteste narraban una versión diversa y descartaban la intervención de R.J.B en el injusto (delito), se desatendió a ello y se persistió en la acusación", según se lee en la sentencia.
Una respuesta
Los padres del cartagenino y el propio involucrado en el hecho hoy piden una respuesta y que el Ministerio Público cumpla su condena y pague los gastos del juicio.
"Le pido al Ministerio Público que responda y espero una respuesta por todo lo que pasó, que fue un procedimiento mal hecho de principio a fin, donde mi hijo nunca fue escuchado (…) y estuvo 70 días detenido con toda clase de personas. Esto hasta el día de hoy no lo ha podido superar, teniendo trastornos de sueño, pesadillas y sin poder retomar sus estudios", manifestó C.B.
La mujer además dijo que "por todo esto que tuvimos que pasar le pido al Ministerio Público que responda y que nos indemnice. Creo, como madre, que es lo menos que deben hacer", argumentó.
70 Esa cantidad de días estuvo recluido en la cárcel de San Antonio por un delito que no cometió.