Para no creerlo, casi fuimos argentinos, che
Por Lalo Loyola
En los inicios del descubrimiento, conquista y posteriormente en la Colonia, la Capitanía General de Chile dependía del Virreinato del Perú. El Rey de España Carlos III en conocimiento del extenso territorio en sus dominios en América del Sur, decide crear dos nuevos Virreinatos el de Nueva Granada (Colombia) en 1739 y el Virreinato de la Plata que incluía entre otros territorios Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Salta, Cochabamba, La Paz, Charcas, Potosí, las que eran cabeceras de las provincias de ese entonces. Tucumán fue cabecera de Mendoza, San Juan y San Luis, pertenecientes hasta ese entonces agosto de 1776 a la Capitanía General de Chile. El Virrey del Perú Don Manuel de Amat y Junient (Ex gobernador de Chile) daba su aprobación a la creación de este nuevo virreinato, aún más, sugiriendo que toda la Capitanía General de Chile debía ser agregada al Virreynato de la Plata, no solo la Provincia de Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis). El Gobernador de Buenos Aires Don Juan José de Vértiz proponía solo la agregación de la Provincia de Cuyo, además se opuso tenazmente el cabildo Chileno de ese entonces. Esta es la historia resumida de que estuvimos a punto de ser argentinos, che, si se hubiera hecho como lo ordenaba el virrey y el mismo Rey. En los mapas argentinos de entonces se adjudicaban el Estrecho de Magallanes y todo la Patagonia al sur del estrecho, como argentinos o pertenecientes al Virreinato de la Plata, lo que no era consecuente con lo real, el Rey de España Carlos V en los tiempos de la Conquista de Chile, 200 años antes app. Había adjudicado el territorio chileno desde la actual Región de Atacama hasta el Estrecho de Magallanes incluido a Don Pedro de Valdivia, Capitán General de Chile y los territorios al Sur del Estrecho (Patagonia) al adelantado Don Gerónimo de Alderete, por lo tanto siempre fueron chilenos.
ÁNGEL PARRA SEPÚLVEDA
PROFESOR